El Observatorio funcionará, como la Acadèmia, mediante comisiones de trabajo y pleno, y contará con una secretaría, además de la presidencia. Se configura como un «órgano independiente» adscrito a la conselleria con competencias en desarrollo estatutario (Gobernación). Sus miembros no tendrán retribución, dijo el conseller Santamaría, aunque es previsible que los que no pertenezcan a la Administración perciban dietas. Integrará a representantes del Consell y a entidades, si bien aún no se sabe si de forma permanente o rotatoria. Incorpora la obligación de que los Presupuestos de la Generalitat prevean una dotación económica para el «fomento, protección y divulgación» de las señas de identidad. Además de vigilar las subvenciones, emitirá «estudios y dictámenes», formulará propuestas e iniciativas, y elaborará una memoria anual. Al conseller, que hizo su exposición en castellano, se le preguntó: «Si hacen una ley para defender las señas, ¿por qué la explican en castellano?». «Por respeto a ustedes, ya que me expreso mejor en castellano. Mi padre es de Burgos y en mi casa se hablaba castellano, que es una lengua cooficial», dijo. Luego las respuestas las hizo en valenciano.