El científico e ingeniero industrial Francisco Chinesta (Valencia, 1966) que lleva más de 20 años trabajando en la Universidad de Nantes (Francia) en donde desarrolla un proyecto que intenta «democratizar» la simulación llevándola hasta las tabletas o los «smartphones» ha captado a diez investigadores españoles para trabajar en su grupo, jóvenes que según él «no preveían» que tuvieran que salir al extranjero cuando realizaban sus estudios, pero que por las circunstancias económicas actuales actuales «no han tenido más remedio» que trabajar a Francia.

La mitad del equipo de investigadores que trabaja con Chinesta son valencianos por lo que sus colegas de la Universidad de Nantes denominan a su equipo como «la pequeña Valencia».

El veterano investigador ha expresado que se trata de una «triste situación».

«Está la satisfacción de ver cómo los ingenieros españoles tienen un reconocimiento extremadamente bueno en el extranjero, pero está la parte triste de que España no ha sido capaz de crear un tejido industrial y de investigación para mantener a estos jóvenes», declaró.

Chinesta que tomó ayer posesión del acta de académico correspondiente de la Real Academia de Ingeniería (RAI), expresó que el presente en el país es «complicado» y que su corazón le pide volver tras dos décadas «para contribuir a la ciencia española», pero de momento, no lo hace porque «no podría gozar de los medios» que tiene en el extranjero.

Desde 2013, Chinesta que se doctoró en la Universidad Politécnica de Valencia, es titular de la cátedra de simulación numérica avanzada de materiales del grupo ESI.

A España le falta madurez

Respecto a su investigación, el ingeniero valenciano indicó que su nuevo proyecto de simulación no habría sido posible sin el mecenazgo que ha recibido a través de empresas, una práctica que, según ha explicado, es común en muchos países, pero que en España «es difícil de obtener».

El científico expresó que «en otros países la sociedad respeta y valora el trabajo de los investigadores», así como la industria, que realiza este tipo de financiación a través de las universidades o a un grupo de investigación. Chinesta apuntó que «en España aún no se ha alcanzado el grado de madurez para valorar el trabajo investigador».

El catedrático y académico explicó que no se trata de problemas con las ayudas del Gobierno, «cada vez mas pequeñas en todos países en crisis», sino con la mentalidad de las empresas de un país.

A su juicio, éstas tienen que «ser capaces de entender que poniendo dinero hoy obtendrán resultados a medio-largo plazo» y, en España «la empresa cree en las universidades y en la investigación pero quiere recoger a corto plazo».

Para su proyecto, Chinesta cuenta con una financiación de mecenazgo de un millón de euros que obtuvo de una cátedra del grupo Airbus hace 6 años, así como otra de un millón y medio de la ESI. Según indicó, esta colaboración no le obliga a desarrollar prototipos para la industria que «dona» el dinero, sino que se le ofrece a un equipo capaz de desarrollar un proyecto

En su caso, su trabajo busca mejorar las simulaciones por ordenador, un método que se utiliza desde hace tiempo pero que suponía un gran coste, ya que sólo se podía hacer en grandes ordenadores, y que ocupaba mucho tiempo.

Gracias a su investigación y a su equipo, estas simulaciones «tan necesarias para la ingeniería», se pueden realizar «a tiempo real» y en formatos «tan simples como un ordenador común, una tableta o un 'smartphone' y, por tanto, a un coste mínimo».