Marina Belda, una estudiante de Diseño Industrial de 22 años de Valencia e interesada en los procesos creativos ha creado un juego de mesa sobre la corrupción llamado 'Corruptopolis', centrado en "los escándalos prácticamente semanales que salpican la actualidad política".

Se trata de un juego que se desarrolla por medio de una dinámica "ágil, sencilla y lúdica" formada por tres fases diferenciadas en el tablero y en el que juegan dos equipos, según ha explicado la impulsora del juego en un comunicado.

El objetivo es llegar a Villa Corrupta y responder correctamente una pregunta de cada caso, pasando antes por la Guía Básica del Corrupto y los Atractivos Nacionales que constan de diferentes tipos de pruebas donde los equipos deberán dar rienda suelta a su imaginación para intentar engañar al otro equipo o conseguir otros fines, dependiendo de la prueba.

Los casos que aparecen en el juego son Gürtel, Bárcenas, Filesa, EREs, Noós, Campeón, Malaya, Pokemon, Palau y Palma Arena. No obstante, Marina Belda no descarta "constantes actualizaciones" del juego para dar cabida a otros casos más recientes.

Los equipos obtendrán una carta comodín o "carta de cohecho" antes de pasar a la segunda fase del juego, que les ayudará directamente u obstaculizando al equipo contrario.

La creadora del juego ha lanzado una campaña de crowdfunding en Internet para financiar el juego de mesa, fijándose un objetivo de 6.500 euros, de los que ya lleva recaudados cerca de 900. Las aportaciones se destinan a la producción, distribución e impuestos de todo el proceso.

Para jugar a 'Corruptopolis' se precisa un mínimo de dos jugadores para jugar uno contra uno, pero lo mejor son dos equipos de al menos dos componentes cada uno. Las partidas pueden durar entre 45 minutos y una hora, dependiendo del número de jugadores y de como se desarrollen las pruebas.