La Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), la Fundación Pro AVE y los principales exportadores de la Comunitat Valenciana hicieron ayer piña para exigir, con datos, al Ministerio de Fomento que ejecute en los plazos previstos el corredor ferroviario mediterráneo. Si no se cumplen las fechas previstas, advirtieron, «se estrangulará uno de los principales focos de riqueza del país. El corredor no es un capricho, es una necesidad del corazón económico del país».

En la rueda de prensa conjunta ofrecida por Vicente Boluda (AVE), Federico Félix (Pro AVE y Federación Agroalimentaria), Jorge Brotons (Fepex), Joaquín Ballester (Martinavarro), Vicente Giner (Comité de Cítricos) y Emilio Orta (AVIA), se ofrecieron datos sobre los efectos en la economía valenciana si se ejecuta el corredor en los plazos prometidos o se retrasa a 2020 o 2025, elaborados por los profesores de la Universitat de València Josep Vicente Boira y César Camisón.

Los empresarios también mostraron su preocupación por la paralización de los trabajos. «Aunque prácticamente está todo licitado, las obras están paradas y no hay dotación presupuestaria suficiente» para terminarlas, lamentó Vicente Boluda (AVE).

Cuanto más se retrase la puesta en marcha del corredor ferroviario mediterráneo, advirtieron Boira y Camisón, «los efectos positivos de esta infraestructura se diluirán: si el corredor mediterráneo se pone en marcha en 2015 o 2016 supondrá un ahorro en los costes de transporte del 21%, pero si se retrasa a 2020, supondrá un encarecimiento del 37%» de estos mismo costes (ver el cuadro adjunto).

«Estamos en una tesitura como la que se planteó en 1962, cuando el Banco Mundial recomendó construir la autopista del Mediterráneo, como la única infraestructura necesaria para mejorar la economía española. Entonces también se planteó una opción más barata, pero no se hizo caso. ¿Qué habría pasado si no se hubiera construido la autopista? Seguramente no se habrían beneficiado ni la Ford, ni el Puerto de Valencia ni las exportaciones de naranjas de esta nueva infraestructura. El corredor mediterráneo es la pieza fundamental en el triángulo esencial del territorio, la sociedad y la economía», destaco el profesor de Geografía, Josep Vicent Boira.

César Camisón, que considera la historia del corredor mediterráneo como «la cronología de una esperanza con nubarrones», verbalizó los temores que albergan los empresarios valencianos al ver «las actitudes sospechosas e inequívocas del Gobierno a favor de los ejes central y Atlántico». También lamentó la información adelantada por Levante-EMV de que el corredor central-mediterráneo (Algeciras-Madrid) recibirá 728 millones de Fondos Feder. «El arco mediterráneo es el corazón de la economía y, si se debilita, afectará a la economía nacional», advirtió Camisón. Y, además de la pérdida del ahorro de costes por el retraso en la puesta en marcha del corredor mediterráneo, también advirtió que «se perderá la contribución al comercio exterior que pasarán de una mejora de las exportaciones del 23.15% a un 3,8% en 2020; a la agricultura le supondrá la pérdida del ahorro del 35% en los costes y el turismo ya ha perdido ya que no se habla de un ramal para pasajeros. Es un escenario muy grave porque la Comunitat Valenciana arrastra problemas importantes, porque ha pasado del segundo puesto de las exportaciones en 1993 al cuarto o quinto, según los años». .

Unos datos que apuntalaron los exportadores presentes en la rueda de prensa conjunta. El presidente de la Federación de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas (Fepex), Jorge Brotons, y el de Martinavarro, Joaquín Ballester, calificaron el corredor mediterráneo como «vital» para el sector, ya que de la velocidad de entrega depende el mantenimiento de la calidad del producto. Vicente Giner, vicepresidente del Comité de Cítricos, opinó que del eje mediterráneo «depende el futuro de un sector, el agroalimentario, que ha sido locomotora» para la economía valenciana y española. Para el presidente de la Asociación Valenciana de la Industria de la Automoción (AVIA), Emilio Orta, calificó de «fundamental» para la Ford y sus empresas auxiliares el corredor mediterráneo, así como todas las plantas de España, ante «el riesgo» de que las nuevas fabricaciones se adjudiquen a otras factorías europeas «más competitivas» en costes de transportes. Un sector, que, recordó Orta, «supone el 11% del PIB de la Comunitat y da empleo a 27.000 puestos de trabajo directos».