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Caso Fabra

La vida carcelaria que espera a Fabra

Le asignarán labores de mantenimiento y limpieza y se reunirá con su familia en el centro

La estancia en prisión va a suponer un cambio sustancial en la vida de Carlos Fabra, que deberá someterse al régimen disciplinario del centro que elija y verá limitada su comunicación con el exterior. Hasta dentro de nueve meses, aproximadamente, no saldrá de permiso.

Lo primero que va a hacer Fabra es cumplimentar los trámites de entrada en la cárcel a través del departamento de ingresos. El personal del centro procederá a su identificación, le sacará dos fotografías (una de frente y otra de perfil) y tomará sus huellas dactilares para proceder a la apertura del expediente personal. En el módulo de ingresos también se le hará un primer reconocimiento médico para comprobar su estado de salud. Aprovechará este primer contacto para informar sobre si padece enfermedades, los medicamentos que está tomando u otra información relativa a su salud. Hay que recordar que Fabra fue trasplantado de hígado hace cuatro años y requiere un seguimiento médico periódico.

El político ocupará inicialmente una celda en el departamento de ingresos (máximo durante cinco días), hasta que el equipo técnico de la cárcel lo clasifique y determine en qué módulo lo sitúa. En esta primera fase, Fabra recibirá toda la información relativa al régimen del establecimiento y normas disciplinarias a través del folleto «La prisión paso a paso». Todo indica que será clasificado como interno de segundo grado y se someterá al régimen ordinario de la prisión. Le facilitarán los productos necesarios para la limpieza, higiene y aseo, así como ropa de uso personal y de cama.

Cada centro tiene sus horarios y pautas de funcionamiento, aunque la rutina diaria no varía en exceso de uno a otro. El toque de diana suele ser a las ocho de la mañana y, media hora más tarde, los reclusos tienen que presentarse en el comedor para el desayuno. Posteriormente, acuden a realizar las labores que tienen encomendadas. En las primeras semanas, lo habitual es que al preso se le adjudique una zona para desarrollar funciones de limpieza y mantenimiento hasta que consiga un puesto en uno de los talleres o dependencias de la cárcel. En torno a las 13:30 horas, se sirve la comida, tras la cual, los presos vuelven a sus celdas a descansar hasta las 16.30. La tarde es para el ocio y los reclusos acuden a las zonas comunes, donde hay juegos (ajedrez, cartas, ping pong...), biblioteca y sala televisión. También pueden salir a pasear al patio.De 20.30 a 21.30 se sirve la cena, tras la que los reclusos vuelven a sus celdas hasta el toque de diana de la mañana siguiente.

Hasta aproximadamente dentro de nueve meses, Carlos Fabra no podrá obtener permisos ordinarios de salida, ya que tiene que cumplir una cuarta parte de la condena. Hasta entonces, tiene derecho a mantener un mínimo de un encuentro mensual con su familia, con una duración de entre una y tres horas, en un local especialmente adecuado para ello. También son posibles las comunicaciones íntimas con la pareja. Tienen lugar al menos una vez al mes en habitaciones adecuadas y una duración de entre una y tres horas. Así mismo, están las visitas semanales a través de los locutorios.

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