Extrabajadores de Radiotelevisión Valenciana ha reivindicado una "televisión pública veraz, vertebradora, en valenciano y sin corruptos" al cumplirse hoy un año del cierre del canal autonómico decretado por el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra.

Varios centenares de antiguos trabajadores y ciudadanos se han concentrado en la plaza de Manises, delante del Palau de la Generalitat, y han guardado un minuto de silencio a las 12.19 horas, cuando se produjo el fundido a negro en Canal 9, la televisión autonómica valenciana.

La protesta ha sido apoyada por unas 75 entidades ciudadanas, y ha contado con la presencia de sus principales dirigentes como Ximo Puig (PSPV), Ignacio Blanco (EU) y Enric Morera (Compromís), así como representaciones de UGT, CCOO, Intersindical Valenciana, La Unió, Escola Valenciana, Acció Cultural y la Federación de Sociedades Musicales, entre otras muchas.

En el manifiesto, leído por los actores Diego Braguinsky y Juanjo Prats, que también trabajaron en RTVV, se asegura que, al cerrar la televisión y la radio autonómica, el Gobierno valenciano del PP "renunció a ofrecer a los valencianos un servicio público esencial".

"Cerrar la radio y la televisión pública ha sido renunciar a una herramienta destinada a ser la garante de los derechos de los ciudadanos a recibir una información objetiva, veraz e imparcial; a ser un elemento de vertebración del territorio, de participación democrática y dinamizadora del sector audiovisual valenciano", asegura el manifiesto.

El texto añade más adelante que suprimir la radio y televisión pública "ha sido un ataque brutal contra el uso social del valenciano porque una lengua sin presencia en los medios de comunicación está condenada a una muerte lenta".

Tras este año de silencio, indica, "el pueblo valenciano se ha convertido en invisible y ha retrocedido 25 años. La información de proximidad ha desaparecido y únicamente hemos sido protagonistas en los informativos nacionales por los casos de corrupción. Pero existimos y estamos vivos".

El manifiesto denuncia que "los mismos que cerraron RTVV son los que pervirtieron sus objetivos y la convirtieron en una herramienta de manipulación y propaganda; los mismas que la han llevado al descrédito social y a la ruina económica; los mismos que han buscado el beneficio propio en lugar del beneficio social, y los mismos que miraban a otro lado cuando, desde dentro de RTVV, algunos robaban el dinero de todos los valencianos".

Los extrabajadores aseguran también que un año después del cierre "se ha demostrado que todos los argumentos dados por el Consell para cerrar RTVV "eran falsos y las consecuencias han sido nefastas para la sociedad valenciana. Fue un gran fracaso del gobierno de Alberto Fabra".

"Un año después, exigimos una radiotelevisión que sea el espejo donde se puedan mirar los valencianos y nos comprometemos a trabajar para conseguir que sea una realidad lo más pronto posible", recalca el manifiesto.

Reivindican una nueva televisión que sea "el espejo donde se refleje una sociedad más justa y solidaria, donde no tengan cabida los corruptos ni los sectarios".