El PSPV está buscando inspiración en las experiencias electorales americanas para una campaña que obligatoriamente va a obligar a los partidos a encontrar soluciones «low cost», sobre todo en Blanquerías, donde las cuentas tiemblan. Y la primera idea pasa por crear un espacio físico independiente del partido para convertirlo en la «Oficina del Candidato».

En ello se pondrá el partido que lidera Ximo Puig a partir de esta próxima semana. La dirección ha decidido realizar obras para reformar el vestíbulo de la sede de Blanquerías, a la sombra de las torres de Serranos. Prometen algo barato pero efectista, que más que americano parece sacado de los cerebros estéticos del «new Russafa» o el barrio del Carme: se tumbará el muro que separa la entrada de la sala reservada al PSPV de Valencia ciudad y se creará un espacio diáfano, sin paredes y visible desde el exterior, que será la «Oficina del Candidato».

Para ello, la dirección ha echado mano de amigos que no le cobren, como un interiorista que simpatiza con el partido. Solo pagarán a los albañiles que se contrate, la pintura y la decoración. Del «concepto» y la «identidad» de la oficina se ocupará una empresa de diseño valenciano experta en identidad corporativa, a la que se ha contratado hasta las elecciones.

Esther Ortega, jefa de la Oficina

Se estudia colocar pantallas, proyectores, lámparas, quitar el falso techo para dejar las tuberías al aire e incluso un «photo-call» para fotografiar a los voluntarios que se sumen a la causa. Hacerla visible desde la calle y que sea un escaparate que atraiga «voluntarios». Son ideas. En diciembre se verá el resultado.

En cuanto al contenido de esta nueva subsede en Blanquerías, allí tendrá su cuartel general Esther Ortega, una sindicalista de UGT de 37 años fichada por Puig para poner en marcha su campaña. Atesora una larga trayectoria organizando equipos, que es lo que busca el partido: crear una extensión de la oficina del candidato en cada municipio de más de 20.000 habitantes. Con ella trabajará el equipo de prensa, que baja de la segunda planta a este nuevo espacio, y Dani Cámara, otro joven encargado de los actos públicos del partido.

El combustible de la campaña, como ocurre en Estados Unidos, serán los voluntarios. A falta de dinero, el PSPV pretende activar sus recursos humanos. Parte del censo de casi 70.000 personas, entre militantes y simpatizantes, que participaron en las primarias abiertas de marzo pasado de las que Puig salió como candidato.