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Río Fraile

Un sendero fluvial para reencontrarse

En el corazón verde valenciano está uno de los parajes más atractivos tanto para las emociones fuertes del barranquismo como para el pausado caminar de una senda

Un sendero fluvial para reencontrarse

Dificultad media incluso baja. Recomendado para familias. Extraordinario paisaje. Refrescante... Es extraño que con la colección de alicientes que comporta el sendero acuático del río Fraile (Bicorp, en la Canal de Navarrés) sean todavía miles y miles los habitantes de las cercanas comarcas de la Costera y la Vall d'Albaida que ven este paraje como algo lejano y remoto. Y que, por supuesto, aún no conocen. Pero ya desean hacerlo.

La práctica del barranquismo es uno de los mayores alicientes de este paraje. «No se necesita ser experto, pero sí tomar las precauciones mínimas, como calzado y vestido adecuados», explican desde el complejo rural Los Botijos; una prueba más „la existencia de este espacio para la gastronomía y la acampada„ que da idea de la dimensión creciente de «uno de los más bellos rincones del territorio valenciano que no hay que perderse», como subrayan ellos mismos. Hay, además, una pista que discurre prácticamente junto al río durante una parte del recorrido, lo que permite al excursionista elegir entre seco y mojado.

Uno de los grandes conocedores del río Fraile es el aventurero de Xàtiva Javier García Mascarell, quien desde 2004 acude todos los veranos. «Todos menos éste último, porque estaba lesionado», aclara. Mascarell sostiene que el atractivo de este recorrido es su variedad de dificultades. «Es cierto que lo puede hacer casi cualquiera: pero si hablamos del tramo corto de tres y pico kilómetros. El integral „continúa explicando„ tiene 20 kilómetros entre ida y regreso, y en ése, que es el que hacemos, se requiere ya un esfuerzo notable», afirma. Según Mascarell, la ruta completa (que alterna tramos de río con pistas forestales y hasta zonas de bosque) se tarda en hacerla «de siete a ocho horas». Este aventurero que lleva más de diez años planteándose retos relacionados con el atletismo y la montaña reconoce que «hasta hace unos diez años, este enclave era poco conocido. Cuando lo hice por primera vez, creo que en el 2004, se veía poca gente. Muy poca. Ahora, un fin de semana de verano está lleno, y se ve a mucha gente no ya del entorno inmediato sino de otras comarcas más alejadas, de Valencia capital... Se nota mucho en apenas diez años», subraya.

Para los que ni siquiera estén dispuestos a someterse a la ruta más corta y asequible, el entorno del río permite sensaciones más relejadas como la simple contemplación del paisaje, un entorno de vigoroso bosque mediterráneo que todavía conserva rincones a los que llega muy poca gente. «Tienes la sensación de que eres el primero en mucho tiempo que ha llegado a algunos rincones, de lo escondidos que están», explica Mascarell. En su agenda, en las páginas del verano de 2015 pronto anotará el río Fraile como destino, confiesa.

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