El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, evidenció ayer su irritación por las dudas a cerca de su candidatura en 2015, incertidumbres que la dirección nacional de su partido no pierde ocasión de alimentar. Sin ir más lejos la secretaria general del PP, Maria Dolores de Cospedal, admitió el martes en declaraciones a los periodistas, que Génova está sopesando varias alternativas para la candidatura a la presidencia de la Generalitat. Preguntada por Esperanza Aguirre y Alberto Fabra manifestó, sin hacer distinciones, que existían varias posibilidades y que Génova eligiría a aquel aspirante que fuera más adecuado y tuviera más apoyos internos. Veinticuatro horas después de unas declaraciones que han vuelto a incendiar el PPCV, el jefe del Consell se manifestó dando a entender cierto hartazgo por el continuo cuestionamiento.

En contestación a la mano derecha de Rajoy en el PP, Fabra indicó que no conoce «todavía ninguno» de los candidatos que, según se deduce de las palabras de Cospedal, se barajan como aspirantes a la Generalitat. Y añadió: «Si alguien se quiere presentar que lo diga». Una frase que para algunos sonó a desafío.

Fabra que habló del asunto a requerimiento de los periodistas durante un acto público, indicó que de las palabras de la dirigente popular se desprende que «nadie ha dicho que no pueda estar», sino más bien «al contrario, lo que dicen es que hay posibilidades». Preguntado por si no contempla la posibilidad de no ser candidato, fue contundente: «No contemplo esa posibilidad y si alguien tiene otra cosa que decir que lo diga», dijo. Un mensaje que parecía dirigido a la dirección nacional o a los críticos, a los que vino anima a dar un paso al frente.

El jefe del Consell añadió que se siente «muy respaldado por la labor que «hemos hecho en la Comunitat y sobre todo por los compañeros de partido».

La negativa de Cospedal a respaldar a Fabra como candidato o si quiera hacer una señal inequívoca de que es el elegido para el cartel electoral de 2015 en la Comunitat Valenciana alimentó ayer las elucubraciones y movimientos en el PPCV en favor de un relevo. Encima de la mesa están los nombres de siempre: la número dos del PP y consellera, Isabel Bonig; el portavoz del grupo popular en Bruselas, Esteban González Pons, la alcaldesa Rita Barberá, el ministro Margallo o la consellera portavoz Maria José Català. Sin embargo, las indirectas que emanan de Génova no hacen mella en el ánimo del presidente que está convencido de que no habrá relevo. El no sopesa la retirada y sigue esperando que Madrid lo ratifique. La noche del martes, con las palabras recientes de Cospedal, Fabra aseguró en una entrevista en una televisión local, que no tenía ninguna duda de que sería candidato. El entorno del presidente está convencido de que Génova no forzará un relevo a cuatro meses de elecciones. La fecha tope de elección de candidatos es en febrero, según se acordó en el Comité Ejecutivo Nacional. En el caso de que Génova quisiera probar con otro candidato o candidata se enfrenta con el problema añadido de que Fabra es presidente de la Generalitat y, en principio, seguiría siéndolo hasta elecciones.

Mientras tanto los silencios siguen siendo tan reveladores como las palabras. La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, dejó pasar de nuevo otra oportunidad de apoyar a Fabra al remitirse a las palabras de Cospedal al ser preguntada sobre la candidatura del líder del PPCV.«Eso tendrán que preguntárselo a la señora Cospedal, yo no tengo nada que opinar al respecto. La señora Cospedal sabrá por qué lo ha dicho. Yo no lo sé», respondió.

Las palabras de Fabra corrieron ayer como la pólvora en las filas populares. Algunos dirigentes vaticinaban que la contestación del presidente molestarán a Cospedal ya que ésta podría interpretarlas como un desafío. Rajoy ha dejado claro que no es el momento de hablar de candidaturas y que este debate debe aplazarse. Fabra ayer no fue especialmente cauto. De hecho, su contundencia sorprendió a muchos de los suyos.