Una vez la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, admitió públicamente que Génova baraja varias opciones de candidatos a la Generalitat y que se están cocinando encuestas para pulsar la aceptación de cada uno de esos nombres en el mercado valenciano, el Palau activó el plan «salvem Fabra». Consistente, como adelantó Levante-EMV el pasado sábado en exclusiva, en recoger firmas a un manifiesto de apoyo a su candidatura a presidente de la Generalitat. Una forma de blindar al jefe del Consell ante Madrid, conscientes como son en el Palau de que con la plana mayor del partido detrás resulta más complicado acometer cualquier relevo exprés.

La encargada de recolectar avales es la coordinadora general del PP, Isabel Bonig. El primer revés se lo llevó el viernes por la tarde. El presidente provincial del PP de Valencia y de la diputación, Alfonso Rus, le negó la firma y, además, le preguntó a Bonig «para qué» y «a quién iría dirigido el manifiesto». Dirigentes populares con peso, tropa y predicamento „Alfonso Rus, la alcaldesa Rita Barberá o el líder provincial de Alicante, José Císcar„ han decidido dar un paso atrás y esperar noticias de Madrid.

Alfonso Rus solamente firmará si se lo ordena expresamente la dirección nacional. Esto es, Cospedal. Ayer, Rus se ratificó públicamente en su resistencia a apoyar a Fabra como candidato. «Primero tengo que leer el manifiesto, porque no sé de qué se trata y después, en función de mi criterio y del de mi equipo, lo firmaremos o no», declaró a los periodistas. Como estrategia de dilación y para evitar pronunciarse, el líder provincial retó a Alberto Fabra a «convocar primarias» si de verdad quiere medir sus apoyos. «Tendría que haber unas primarias para nosotros decidir quién o cómo y lo tendríamos claro», apuntó.

Fabra quiso trasladar el martes que el manifiesto en realidad no es «una recogida de firmas por ahí» a favor de su candidatura, sino una «puesta en valor» sobre «el trabajo que se ha hecho desde el partido para la sociedad valenciana con el esfuerzo y sacrificio de todos». Una forma de rebajar la tensión por la vía de socializar con el partido y sus dirigentes los supuestos méritos de la gestión del Consell.

En este punto, Alfonso Rus hizo la concesión de elogiar esa ejecutoria. «Por supuesto que ha sido una labor durante estos años muy compleja, complicada, porque es más fácil crear que cerrar», dijo en alusión a Canal 9. Con todo, al ser repreguntado por si, gestión al margen, apoya a Alberto Fabra como candidato subrayó que ya se verá. Porque, agregó, «aquí no vale eso, porque aquí quién nombra candidato es Madrid, no somos nosotros».

Andanada contra José Císcar

El presidente provincial del PP de Alicante, José Císcar, tampoco está dispuesto a firmar el manifiesto de Fabra. Como contó este diario, el malestar de Císcar, como el de Rus, con el presidente de la Generalitat era más que evidente y se incrementó después de que el jefe del Consell defendió la necesidad de desligar los cargos de líder provincial y presidente de la diputación para que no acumulen poder. Fabra llamó a Rus por teléfono para advertirle de que esa propuesta no la había formulado como prevención contra él sino que la andanada iba por Císcar. De hecho, Fabra cortó el paso al exalcalde de Teulada-Moraira en su pretensión de aspirar a presidente de la Diputación de Alicante, una vez había asumido la presidencia provincial del PP. El jefe del Consell apostó por la continuidad, con permiso de las urnas, de Luisa Pastor, alcaldesa de Sant Vicent del Raspeig. El vicepresidente José Císcar no está ahora por la labor de rubricar el manifiesto de apoyo a Fabra.