Una fiesta «rave» ilegal reúne a 3.000 jóvenes de siete países diferentes desde que arrancó en Nochevieja en la Muela de Benagéber. Los participantes llevan cuatro días de música y juerga ininterrumpida al aire libre las 24 horas en la pista del aeródromo contra incendios que la Generalitat tiene en este paraje forestal junta al embalse, a 874 metros de altura, donde por la noche el termómetro cae estos días hasta los cinco grados bajo cero.

La Guardia Civil, que desde el día uno a mediodía cierra el paso de vehículos a la Muela, intentó ayer sin éxito que los asistentes levantaran el campamento ilegal que han instalado sobre la pista sin asfaltar del aeródromo. Los organizadores de este evento que carece de cualquier permiso o autorización, cuya intención era continuar la fiesta hasta el domingo, habrían prometido comenzar a desmantelar esta mañana los equipos de sonido.

«El 90 % son extranjeros»

La superficie donde en verano aterrizan y despegan las avionetas de extinción de incendios, de 875 metros de largo por 100 de ancho está totalmente ocupada por camiones, autobuses, autocaravanas y coches llegados desde Francia, Alemania, Dinamarca, Italia, Portugal y Reino Unido, así como algunos vehículos, los menos, españoles. Según el alcalde de Benagéber, el socialista Rafael Darijo, «el 90 % de asistentes a la fiesta son extranjeros y los pocos españoles que hay provienen principalmente del norte de Cataluña».

La música se escucha a 10 km

El centro de la pista lo ocupa un escenario de 150 metros , coronado por la leyenda «Rave on», repleto de potentes altavoces que emiten música sin parar todo el día. Darijo cuenta que el sonido «se oye, aunque sin llegar a molestar, desde el pueblo de Benagéber, que está a 10 kilómetros».

Delegación de Gobierno no respondió a las preguntas de Levante-EMV y remitió a este periódico a la Guardia Civil, que tampoco ofreció ninguna información. El alcalde de Benagéber, por su parte, asegura que la Guardia Civil «ha descartado desmantelar el campamento por la fuerza, porque es un problema desalojar a 3.000 personas».Darijo sostiene que el miércoles 31 por la tarde, cuando comenzaron a llegar los primeros camiones a la Muela, el ayuntamiento alertó a la Guardia Civil. Desde el día 1 los agentes, alrededor de una docena, han cerrado las pistas forestales que llevan al aeródromo para impedir el acceso de más vehículos e identifican a todos los que abandonan el campamento para evitar que accedan de nuevo.

Unas 300 personas llegaron ayer

Aún así, según Darijo, ayer lograron entrar campo a través unas 300 personas, la mayoría de ellos valencianos que se enteraron de la fiesta por los medios de comunicación. «Están dejando los coches en las pistas forestales y caminando más de un cuarto de hora por el monte para subir a la Muela», apunta. No obstante, el recalca «que la fiesta no está ocasionando ningún incidente y está lo suficientemente lejos de los pueblos —además de Benagéber, Sinarcas (14 km) y Tuéjar (16 km), para causar molestias».

Además, los asistentes a la «rave» no tienen ningún contacto con los tres pueblos vecinos, pues buena parte de sus camiones se han transformado en tiendas de ropa, comida, bares e incluso en creperías ambulantes. Los acampados superan en número a los habitantes que suman Tuéjar (1.157), Sinarcas (1.150) y Benagéber (212).

El principal riesgo de la concentración es que los participantes, ante las bajas temperaturas nocturnas, prenden hogueras para calentarse según denuncian los vigilantes del servicio de prevención de incendios en su cuenta de Twitter (@Preven_IIFF_CV). Tanto las acampadas como la realización de fuego en zonas forestales están prohibidas. Ante el riesgo de un incendio forestal, la Diputación de Valencia y el Ministerio de Medio Ambiente, instalaron ayer un retén permanente con dos camiones autobombas de las brigadas de Imelsa y Tragsa, una de las cuales ha permanecido de guardia toda la noche.

El mismo promotor que en Buñol

Al parecer, la Guardia Civil sospecha que el organizador de esta «rave» de Benagéber podría ser el mismo que promovió la fiesta también ilegal que en la Nochevieja de 2008 concentró durante cinco días a más de 5.000 jóvenes en la vieja cementera de Buñol. La palabra inglesa «rave», «delirar» en castellano, se emplea desde finales de la década de los 50 para definir a las fiestas salvajes de varios días que arrasaban en el Soho londinense. El «Rave On» que abre el evento de Benagéber es una canción de 1958 en la que Buddy Holly apostaba porque el frenesí no acabara nunca.