De las desafortunadas intervenciones... a la lentitud administrativa

Francisco Taberner Pastor no es solo un arquitecto. Es un apasionado de la arquitectura, y un experto en el Eixample. Un distrito que comprende tres barrios: Russafa, El Plà del Remei y Gran Vía. Muy distintos entre sí, pues el primero nada tiene que ver con la trama de ensanche, sino que éste se adapta a su alrededor. En «Arquitectura y desarrollo urbano. Notas sobre el Ensanche de Valencia de 1884», Taberner incide en que «la lentitud de las tramitaciones administrativas y desafortunadas decisiones, como la ocupación de la totalidad de su plaza por el edificio del mercado, crearon un conjunto de desafortunadas intervenciones desvirtuando de forma manifiesta su paisaje urbano». Habla Taberner, pues, siempre de los dos ensanches y de Russafa. Las nuevas viviendas que iban a construirse fueron de «índole diversa, según su situación, y oscilaban entre la obrera, que se construye tanto en los alrededores de Russafa, como en el ensanche de Quart, donde ya había numerosas casas de este tipo, hasta confortables edificios de casas de renta, en las que, en ocasiones, el piso principal adopta un significado protagonismo». «Los edificios de obreros que se construían no sobrepasaban las tres alturas, y su disposición hacía que buena parte de sus dormitorios carecieran de luz o ventilación directas, a pesar de la obligatoriedad de disponer de patios de luces en cada parcela edificable. Carecían de cuarto de baño, por lo que el retrete se ubicaba en la parte posterior, en una galería cubierta, con conexión directa al pozo negro», señalaba Taberner en su estudio sobre Russafa y el Ensanche.

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