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El anuncio de Rus de contratar 300 brigadistas sin aviso acelera la dimisión del jefe de Imelsa

Marcos Benavent trasladó hace dos meses su intención de irse e incluso de dejar de militar en el Partido Popular

f. arabí | valencia

La gestión de espacios y cuotas de poder e influencia inherentes a la política hace que las relaciones entre los distintos actores tengan más recorrido a la hora de evolucionar. El presidente provincial del PP y de la diputación, Alfonso Rus, y el hasta ahora gerente de Imelsa, Marcos Benavent, formaban tándem político desde que el primero convirtió al segundo en su mano derecha en el Ayuntamiento de Xàtiva, cuando Rus llegó a la alcaldía en 1995. Casi veinte años después, los dos protagonistas seguían físicamente juntos, en la diputación. Rus de presidente y Benavent como gerente de la empresa pública Impulso Económico y Local, S. A., (Imelsa), donde recaló por deseo del dedo de Rus. Pero las relaciones se fueron deteriorando hasta el punto de que Benavent se convirtió desde hace ya un tiempo en un verso suelto prácticamente sin interlocución con su mentor.

Un problema para Rus si se considera que Imelsa es la caja de financiación, el comodín de las políticas de clientelismo y una fuente de recursos con gran capacidad para contentar alcaldes. De ella dependen las brigadas forestales. Precisamente el anuncio de Rus, en presencia de la consellera Isabel Bonig, de que iba a contratar a 300 brigadistas pilló en fuera de juego a Benavent. El líder provincial no había concertado con el gerente, encargado de firmar el refuerzo de la plantilla antiincendios, ningún plan de contrataciones ni las partidas presupuestarias para sustentarlas. El responsable de Imelsa se sintió ninguneado por enésima vez y decidió acelerar su salida.

Desde el entorno de Benavent explicaron a este diario que la dimisión estaba cantada y él mismo llevaba ya tiempo amagando con dejar Imelsa. Incluso desde antes de anunciarle a Rus su intención de dimitir, cosa que sucedió hace un par de meses. Tiene previsto dedicarse a la actividad empresarial privada, en proyectos que ha ido levantando estos años.

Su «cabreo» con Rus y su deseo de irse no es la única confesión que Benavent hizo a su entorno, además de al propio presidente.

También confesó que el PP ya no le convence. Anunció que piensa dejar de militar en el partido de la gaviota, según explicaron fuentes próximas al hasta ahora gerente.

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