La Comisión Europea publicó ayer un estudio sobre la situación actual del corredor mediterráneo (declarado prioritario junto a otros 8 ejes europeos, entre ellos el Atlántico) que permite ver la «debilidad» con la que la Comunitat Valenciana afronta el reto de ser «red transeuropea de transporte» (RTE-T).

Una imagen sobre las previsiones que se manejan para el tráfico ferroviario en los próximos quince años, incluida en el estudio europeo, permite comprobar que la «apuesta» por el corredor mediterráneo en la península ibérica se ciñe al tramo Madrid-Zaragoza (que formaba parte del corredor central pero que se incluyó como una antena del eje mediterráneo) para conectarse con Barcelona. Como se puede comprobar en la imagen adjunta, las previsiones de tráfico al sur de Tarragona supondrán menos de la mitad del tráfico previsto entre Madrid y Zaragoza, por ejemplo. A pesar de que la Comisión Europea prevé que el corredor mediterráneo atraiga la mayor parte del aumento del tráfico ferroviario en la península ibérica (con un aumento anual del 3% gracias a la transferencia modal de la carretera al ferrocarril), prevé «menos progresos al sur de Tarragona». Una afirmación que deja descabalgada a la C. Valenciana de estas previsiones ferroviarias pese a que, por carretera, sí que se vaticina mucho mayor tráfico entre Murcia, Valencia y y Cataluña que en el trayecto por carretera entre Madrid-Zaragoza-Barcelona.

Sobre la situación actual del corredor mediterráneo en la península ibérica, la Comisión Europea alerta sobre el enorme esfuerzo que precisa este corredor ferroviario para adaptarse a los estándares europeos. Entre Valencia y Barcelona el estudio europeo advierte de los «graves problemas de congestión por carretera y ferrocarril», además de las limitaciones de capacidad de las vías ferroviarias actuales por la vía única única entre Vandellós y Tarragona o el elevado tráfico entre Barcelona y Sant Vicenç de Calders» o la falta de conexión ferroviaria para mercancías con los principales aeropuertos del corredor mediterráneo.

La Comisión Europea también destaca el ingente trabajo que queda por hacer en España para adaptar el ferrocarril a los estándares europeos: adaptar las líneas ferroviarias al ancho europeo, así como los sistemas de señalización al ERTMS («european rail traffic management system»), permitir circulaciones de trenes de más de 750 metros, electrificar líneas ferroviarias o unificar la electrificación ya existente, eliminar los cuellos de botella y los tramos de vía única (cita expresamente el Vandellós-Tarragona o el Algeciras-Bobadilla).

A parte del esfuerzo que habrá que realizar en el tramo español, para completar todo el corredor mediterráneo desde España hasta Eslovenia y Hungría, la Comisión Europea calcula que se necesitarán 100.000 millones de euros. Las inversiones necesarias para desarrollar los nueve grandes corredores de transportes prioritarios para la Unión Europea ascienden a 700.000 millones de euros por lo que la nueva comisaria de Transporte, Violeta Bulc, hizo una llamada ayer para «redoblar los esfuerzos» y recurrir a la financiación de los fondos comunitarios y del plan de inversión propuesto por el presidente del Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker. Los resultados de los estudios se tendrán en cuenta para decidir la adjudicación de fondos europeos para el periodo 2014-2020 o por el plan Juncker. En la primavera de 2015, los coordinadores de cada corredor (el del mediterráneo es el holandés Laurens Jan Brinkhorst) presentarán un plan de trabajo para orientar el desarrollo de los proyectos.