La diputación insta a Fomento a eliminar los dos puntos más negros de su red viaria

El pleno de la Diputación de Valencia aprobó ayer por unanimidad una moción en la que se insta al Ministerio de Fomento a eliminar, «con la mayor urgencia» posible, los dos puntos negros de la red de carreteras comarcales cuya mejora está bloqueada por acción y omisión por el Ministerio de Fomento, según confirmaron ayer fuentes de la Diputación de Valencia.

El pleno debatía una moción presentada por el diputado socialista Ramón Marí para que la Diputación erradicara los tramos problemáticos de la CV-370 (el enlace con el bypass de la carretera de Manises a Riba-roja) y en la CV-670 (la que comunica Gandia con Daimús, en la intersección con el camino de la Vital). Ambos puntos negros han registrado 55 siniestros con víctimas (no se especifica si mortales o heridos) y otros 50 sólo con daños materiales.

Pero los diputados populares presentaron una enmienda a la totalidad a la moción socialista e hicieron suya la reivindicación sobre los dos puntos negros, pero para dirigirla hacia el Ministerio de Fomento ya que, según asegura el diputado de Carreteras, Isidro Prieto, «ambas actuaciones son competencia del Ministerio de Fomento y no sería responsable por nuestra parte ejecutar un proyecto que no es de nuestra competencia».

Tampoco estaba de acuerdo el equipo de gobierno de la Diputación en«ejecutar dos rotondas, aunque sea de manera provisional», para evitar los accidentes, como aseguran que proponía el diputado socialista Ramón Marí.

Prieto replicó a esta petición que «no se puede resolver un enlace de un bypass con una rotonda» y recordó que desde el área de Carreteras «se han hecho los deberes»: se elaboró de manera consensuada con Fomento el proyecto del enlace de la CV-370 con el bypass, cuya inversión superará los cinco millones de euros. Y, en el caso del acceso sur al puerto de Gandía, la Diputación ha previsto una glorieta en la intersección de las carreteras CV-670 y CV-671 para mejorar la seguridad vial.

Para coordinar estas actuaciones con las obras pendientes, los responsables de Carreteras de la Diputación de Valencia han mantenido negociaciones desde hace dos años con el Ministerio de Fomento, pero los recortes presupuestarios en el Ejecutivo central han entorpecido una resolución viable para estos dos puntos negros en las carreteras comarcales. El principal escollo es que, al solaparse los proyectos del Gobierno central en el bypass y el acceso sur al puerto de Gandia con los de la Diputación de Valencia tanto en la CV-370 como en la CV-670, se han producido numerosos desencuentros técnicos entre ambas administraciones.

El Ministerio de Fomento ha llegado a informar en contra del proyecto de carretera entre Manises y Riba-roja. O, en el caso del acceso al puerto de Gandia, paralizado por los recortes de Fomento desde 2013, el ministerio ha instado a la Diputación a expropiar, ejecutar y pagar la mejora del punto conflictivo de la CV-670, hasta que se retomen las obras del vial portuario a partir de 2017, cuando ambas obras, al parecer, ofrecen soluciones incompatibles. Un derroche de recursos en plena época de crisis, según explican técnicos de la Diputación, cuando lo más sencillo es que Fomento ejecutara las obras adjudicadas desde 2009.