El operador del aeropuerto de Castelló, el grupo canadiense SNC-Lavalin, se ha asegurado la posibilidad de desligarse de la base si no se cumplen sus expectativas de tráfico. Una cláusula le permite resolver el contrato cada cuatro años si la cifra acumulada de viajeros no se acerca a sus previsiones. La empresa concesionaria se va a beneficiar de una inyección de capital público de 24,5 millones de euros.

El contrato que liga hasta noviembre de 2034 a la sociedad pública Aerocas y a Lavalin recoge la opción de romper la relación antes del plazo estipulado. Por una parte, contempla la posibilidad de que el operador privado se desvincule del aeropuerto si se produjeran «dificultades insuperables» derivadas de una caída sustancial y generalizada del tráfico en instalaciones similares a la de Castelló. En este caso, Lavalin podría resolver anticipadamente el contrato de forma unilateral, si bien debería conceder un plazo de un año antes de abandonar la infraestructura. No le sería impuesta ninguna penalización ni se le incautaría la garantía que ha depositado.

Por otra parte, Aerocas y Lavalin han acordado realizar cada cuatro años una revisión de la evolución del tráfico. Ambas partes se reunirán para analizar si se han cumplido las previsiones que recoge el Modelo Económico Financiero (número de pasajeros, de operaciones, gastos de explotación, etcétera) y qué escenario se presenta para el siguiente cuatrienio.

Así pues, si en estos primeros cuatro años utilizaran la instalación 545.000 personas, la desviación sería del 25,3 %, por lo que la empresa podría desligarse del aeropuerto sin penalización y recuperando la garantía.