Bienestar social

Un hotel a prueba de discapacidad

Confortel Valencia 3 dispone del certificado de accesibilidad universal - El establecimiento cuenta con teléfonos especiales, lenguaje braille, bucle magnético, contrastes de colores y personal especializado

Un hotel a prueba de discapacidad

Un hotel a prueba de discapacidad

Sergi Pitarch | valencia

Si un turista entra en Confortel Valencia 3, en la calle Valle de Ayora,1, frente al nuevo Mestalla, verá como este centro tiene todos los servicios y comodidades que un hotel de cuatro estrellas puede ofrecer en una ciudad europea media. Nadie, a no ser que algún responsable le avise previamente, se percatará de que todo el edificio está adaptado al cien por cien para todo tipo de discapacidades y sin ninguna barrera arquitectónica. Ese es el secreto, dar total normalidad a la accesibilidad, «que no sea ortopédico y parezca un hospital», según explica la directora del hotel, Mar Almagro. Confortel hoteles forma parte de la corporación empresarial de la ONCE, que tiene otros tres edificios en Valencia, uno de ellos en la misma zona que es, además de para el alojamiento de visitantes, un centro especial de empleo.

En Confortel Valencia 3, los detalles para facilitar la estancia a los discapacitados son innumerables. La recepción tiene dos tipos de mesa, una de ellas a una altura que permite atender a una persona con silla de ruedas. Un cliente con problemas de audición puede conectar su audífono a un bucle magnético, un sistema de sonido que transforma la señal de audio que todos podemos oír, en un campo magnético que es captado por los aparatos dotados de posición «T». Ese campo magnético transporta el sonido dentro de la oreja del usuario, aislado de reverberaciones y ruido ambiente. El resultado es que el usuario recibe un sonido limpio, nítido, perfectamente inteligible y con un volumen adecuado. Los mensajes sonoros le llegan a la perfección.

«Buscamos la accesibilidad universal, es decir, que todos los servicios estén adaptados a personas con cualquier tipo de discapacidad», explica la directora del edificio. El hotel pasó a manos de la ONCE en 2013 y desde el primer momento se han llevado a cabo actuaciones en el ámbito de las instalaciones y en el entrenamiento y formación del personal. «Este compromiso lo llevamos muy dentro», asegura Almagro. Estas obras de adaptación han permitido que Confortel sea la única cadena con el certificado europeo de accesibilidad universal UNE 170001.

Este sello de calidad se otorga a empresas que garantizan a todas las personas, con independencia de su edad o discapacidad, las mismas posibilidades de acceso a cualquier parte del entorno construido y al uso y disfrute de los servicios en ellos prestados con la mayor autonomía posible en su utilización.

Confortel Valencia 3 dispone de seis habitaciones adaptadas para discapacitados, además de tener todos los servicios generales como piscina, gimnasio o comedor, sin ninguna barrera para los discapacitados. «Existen elementos de contraste en todo el hotel para las personas con dificultades de visión. Bucle magnético para personas con problemas de audición o despertadores vibrador en las almohadas de las habitaciones», asegura la directora del hotel, que explica pormenorizadamente cada adaptación que facilita el servicio.«Algunas mesas cerca del bufete tienen una silla quitada y con barras más bajas para que las personas con silla de ruedas accedan a los alimentos», apunta. Todo ello señalado con un cubo rojo con el logo informativo.

Seis habitaciones exclusivas

En las seis habitaciones adaptadas no hay bañera, todas tienen plato de ducha y el espejo más ancho. Los armarios tienen las barras para colgar la ropa a la altura de una silla de ruedas. Los teléfonos tienen los números más grandes y con escritura braille para los ciegos. En todas las puertas, en los ascensores y en otros puntos de paso también encontramos mensajes en lenguaje para ciegos.

A la piscina se accede a través de pasillos libres de obstáculos, con muchos contrastes a través de franjas y uso de diferentes colores. Junto a los escalones hay rampas. Una silla mecánica permite a los discapacitados físicos que puedan disfrutar de un baño. Es el único elemento que descubre el intento del hotel por la accesibilidad universal.

Como explica Mar Almagro, «el resto de elementos no se perciben pero son ayudas útiles para todos, porque nadie está exento de tener una lesión o perder la vista». «No hay puertas de cristal porque en este tipo de accesos te puedes pegar un golpe viendo al cien por cien», recuerda. «Creo que parte del éxito es que pase desapercibido, lo que permite que los alojamientos sean confortables», afirma.

El gimnasio tiene el teléfono a una altura de unos 70 centímetros por si el usuario va en silla de ruedas. En todo el edificio no hay pomos redondos. Son todos con palanca para facilitar la apertura a una personas que no tiene manos.

Pero la adaptabilidad del hotel no solo se centra en las infraestructuras. La directora apunta que existe una formación a los empleados y que dispone de planes de evacuación específicos que se activan cuando reciben clientes con algún tipo de discapacidad. «A los nuevos trabajadores se les da formación. Hasta que no se enfrenta a un cliente con discapacidad no se pone en práctica lo que se ha aprendido, aunque todo es de mucho sentido común y naturalidad», manifiesta Mar Almagro que revela: «Cuando nos llega la reserva se activan los protocolos y estamos todos pendientes de ese cliente». «Los usuarios confían en nosotros porque es marca de la casa», se felicita.

La directora considera que en Confortel son referente en adaptabilidad y que «el derecho de los discapacitados es el derecho de todos». «En cualquier caso, la normativa de hoy obliga a tener servicios como parkings especiales o habitaciones adaptadas. Confortel lo que intenta es universalizar, estar en el detalle. Es la única cadena hotelera con ese certificado europeo», concluye esta directiva.

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