Cuando existe un problema el primer paso para solucionarlo es reconocerlo. Al menos eso hizo ayer el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, con la endémica infrafinanciación que sufre la Comunitat Valenciana. Pero poco más. Pese a los envites de los empresarios, del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, y de los periodistas fue imposible arrancar al ministro ningún compromiso económico para aliviar la complicada situación de las arcas de la Generalitat en comparación con otras autonomías mucho más beneficiadas del reparto del Estado. «El plazo que queda de mandato es corto. La legislatura que viene se podrá abordar el cambio de modelo de financiación», aseguró Montoro, lanzando la patata caliente a las manos del Gobierno que salga de las Elecciones Generales de noviembre de este año. El PP y el PSOE se han comprometido, pero sólo estos partidos.

Montoro se reunió ayer por la tarde con los empresarios valencianos siete meses después de que se lo hubieran pedido. El ministro quitó hierro a este desplante y alabó a la Comunitat Valenciana porque con una inversión pública muy por debajo de la media «lidera la salida de la crisis». Por su parte, José Vicente González, presidente de la patronal autonómica Cierval, aseguró que continuarán reivindicando una mejora de la financiación y reveló que han obtenido el compromiso de que los «huecos» de déficit de la Comunitat Valenciana el Gobierno los «llenará con la inversión territorializada». González cree que las «buenas previsiones» económicas permitirán que algún sobrante de los presupuestos vaya a parar a las comarcas valencianas.

Por la mañana Montoro tuvo una reunión con cargos públicos del PP valenciano en la sede del partido para hablarles de la reforma fiscal y de los autónomos. El ministro reivindicó las políticas del Gobierno y la asistencia financiera a la Generalitat y los ayuntamientos con el Plan de Pago a Proveedores y el Fondo de Liquidez Autonómica. «No rescatamos personas, sólo pagamos pensiones y garantizamos que funcionen los servicios públicos», defendió.

Fue en este discurso cuando el ministro reconoció por primera vez, antes sólo lo había dicho su secretario de Estado Antonio Beteta, que la Comunitat Valenciana, Murcia y Baleares «están infrafinanciadas», aunque culpabilizó de la situación al actual modelo aprobado en 2009 por el PSOE «para sostener al Gobierno tripartito de Cataluña». Del anterior reparto aprobado en 2001 por un Gobierno en el que Montoro era ministro y que también marginaba a la Comunitat Valenciana no hizo ninguna referencia.

Para contrarrestar el malestar en la Comunitat Valenciana sobre este problema que ya no se solucionará en esta legislatura, Montoro cuantificó los beneficios que aportará su reforma fiscal del IRPF. «Tendrá un efecto de 430 millones de euros que beneficiarán a 2,2 millones de valencianos, por lo que el impacto medio en cada uno de ellos será de 195 euros este año y de 68 euros en 2016», cifró.

Mientras Montoro cerraba la última puerta a la reforma de la financiación en esta legislatura, el presidente de Extremadura, José Antonio Monago, afirmaba que el cambio de modelo no se debe abordar hasta «el fin de la crisis». Almas gemelas ambos.

El secretario general del PSPV, Ximo Puig, afirmó que Montoro «ha defraudado a los valencianos». El síndic de EU en las Corts, Ignacio Blanco, aseguró que la reunión «llega muy tarde».

Fabra: «Gracias ministro por tus esfuerzos en dar liquidez cuando no podíamos pagar a nadie»

El encuentro entre el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y los empresarios sirvió para apuntalar la figura del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, que hizo de celestina entre las dos partes. El ministro alabó el trabajo del equipo del jefe del Consell, quien le contestó con entusiasmo: «gracias ministro por tus esfuerzos en darnos liquidez cuando no podíamos pagar a nadie», en referencia en los préstamos dados por el Estado que han evitado la quiebra de la administración autonómica. Fabra recordó al ministro que los 2.000 millones de ahorro por la condonación de los intereses del Fondo de Liquidez Autonómico equivalen al déficit anual de financiación. No fue más lejos, pero es una cifra que da miedo si se multiplica por 14 años de modelo injusto de financiación. Fabra pidió un nuevo modelo de reparto autonómico «para las personas y no para los territorios y los compromisos políticos». Arrancó una ovación de los asistentes al acto en la sede del PP.