La cabeza humana está estructurada en diez módulos, según ha revelado una innovadora investigación realizada por un equipo del Institut Cavanilles de la Universitat de València. El estudio se ha realizado a partir de una nueva herramienta de análisis matemático que ha desarrollado el grupo de Biología Teórica del Institut Cavanilles que dirige Diego Rasskin Gutman.

El nuevo método de estudio de la anatomía de la cabeza empezó a elaborarse hace seis años y es el resultado de la tesis doctoral de Borja Esteve Altava que dirigió Rasskin y que se realizó tras numerosas investigaciones del esqueleto humano y del resto de los vertebrados terrestres, en lo relativo al desarrollo del cráneo.

El equipo científico incorporó al estudio óseo de la cavidad craneal por primera vez otros elementos que están presentes como los músculos y los cartílagos, así como los huesos del oído interno, la mandíbula y otros que también se conectan como son las vértebras cervicales y las clavículas.

Tras analizar matemáticamente esta estructura, los investigadores hallaron «un sistema complejo definido por 181 nodos (entre huesos, músculos y cartílagos), sin contar los músculos superficiales, y 412 'contactos físicos', (suturas y uniones musculares tendinosas) que subdivide la cabeza en diez módulos bien definidos», afirmó Rasskin.

La investigación ha sido publicada en el último número número de la revista Scientific Reports, que edita la cabecera Nature.

Hasta este trabajo todas las aplicaciones para estudiar la estructura de la cabeza se habían centrado solo en los huesos. Han colaborado la Universidad Howard en Washington y la canadiense de Saskatchewan, que han aportado los datos musculares.

Independencia evolutiva

El hecho de que la cabeza esté organizada en módulos permite cierta independencia evolutiva, es decir que el cambio en uno de ellos afecta en poca medida a los demás, explicó Rasskin.

Sin embargo, entre los módulos existe interconexión, de hecho los musculares tienen una dependencia izquierda/derecha con los orofaciales (boca y rostro), lo que permite una mayor flexibilidad de expresiones faciales al poder mover los músculos de un lado y del otro, por separado. El módulo de la mandíbula inferior/oído interno tiene dependencias con músculos que ayudan a la masticación.