Todo estaba listo para que el fin de semana del 17 al 19 de abril Valencia acogiera la final nacional de la 28ª Olimpiada de Química que organizan la Asociación Nacional de Químicos de España (Anque) y la Real Sociedad Española de Química (RSEQ). Los 150 mejores estudiantes de 2º de Bachillerato en esta asignatura iban a competir en la Politècnica y en la Universitat de València por quedar entre los cuatro primeros y conseguir así el billete para los campeonatos internacionales e iberoamericanos de Química que este año se celebran en Arzerbayán y en Brasil.

Pero la falta de ayudas del Ministerio y la Consellería de Educación han obligado a cancelar dicha final valenciana según asegura el presidente de la Asociación de Químicos de la C. Valenciana (AQCV), Juan Hernández. Valencia había sido elegida para acoger dicho evento porque en la final nacional del año pasado en Oviedo logro el hito histórico de que los tres primeros clasificados fueran valencianos: el campeón fue Damià Torres, entonces alumno del Instituto de Educación Secundaria (IES) Guadassuar; en segundo lugar quedó Alejandro Salinas, del Colegio Alemán de Valencia; mientras que el bronce lo logró Carlos Sanz, del IES Joanot Martorell del barrio de Sant Marcel·lí.

La AQCV había planteado dicha final como «un homenaje a la Química valenciana», apunta Hernández, máxime después de que el año pasado el químico castellonense Avelino Corma ganara el premio Príncipe de Asturias de Investigación y el alicantino Javier García Martínez el Jaime I en Nuevas Tecnologías. La AQCV incluso había contactado con estos dos referentes de la Química española para que hablarán a los jóvenes.

Reunión con el presidente Fabra

Fue precisamente en el marco de la reunión de los 20 premios Nobel del jurado de los Jaime I cuando Hernández, y los tres campeones olímpicos valencianos, le presentaron el proyecto de la final valenciana al jefe del Consell, Alberto Fabra. Lo hicieron ante el científico británico Harold Kroto, Nobel de Química de 1996. «El presidente acogió bien la iniciativa y le dijo a la consellera de Educación, Mª José Català, que tomara nota», dice.

Así, pocos días después, el presidente de la AQCV fue recibido popor el entonces secretario autonómico de Educación, Rafael Carbonell, «que nos prometió ayuda», subraya Hernández. Sin embargo, Carbonell dimitió a principios de julio, y dicho compromiso se desvaneció. Paralelamente, el retraso del ministerio en concretar su financiación, ha obligado a convocar la olimpiada sin respaldo económico del Gobierno con lo que la final de tres días en Valencia se ha reconvertido en una jornada única de ida y vuelta en Madrid el 18 de abril. En ella sólo podrá competir el campeón de cada final local que organizan las universidades públicas y no tres como hasta ahora. Así, de la C. Valenciana partirán 5 jóvenes en lugar de 15. Además, sólo un alumno de toda España viajará a los eventos internacionales al no garantizar el ministerio el abono de los gastos de participación y transporte.