La capitana Zaida Cantera dejará el Ejército de Tierra después de recibir presiones de sus superiores tras denunciar a un teniente coronel por acoso sexual mientras ambos militares trabajaban en la Regimiento de Transmisiones de la base General Almirante de Marines. El teniente, que ha sido ascendido a coronel, fue condenado a dos años y 10 meses de cárcel en 2012 por un tribunal militar en la primera sentencia de este tipo que se dicta en España.

La capitana Cantera habló ayer por primera vez en el programa Salvados de laSexta, donde la militar reveló que los hechos ocurrieron en Valencia, un dato desconocido hasta el momento. En la base de Marines, el teniente coronel Isidro José de Lezcano-Mújica le hizo varios comentarios «denigrantes» y le acarició la pierna en una reunión con otra oficial. La capitana se quejó por el «conducto reglamentario», esto es, a sus superiores inmediatos, que hicieron caso omiso, según la capitana. La situación se complicó para Cantera, a la que durante unas maniobras en Pedralba, en Los Serranos, intentaron quemar en su tienda de campaña tirándole petardos. Se salvó porque sus compañeros dijeron a los oficiales que estaba en otra. «En el Ejército, la credibilidad depende de las estrellas que tengas sobre tus hombros», explicaba ayer la capitana. Antes de denunciar ante la justicia militar, el teniente coronel llegó a decirle, siempre según la versión de Cantera: «Si mi carrera se ve afectada acabaré contigo».

Trasladada a Sevilla

Finalmente, presentó la denuncia. Lo hizo mientras estaba en un curso. Al volver a Marines, se encontró con que Lezcano-Mújica la intimidaba. En una ocasión, la capitana estaba sentada en un largo pasillo y el superior fue hacia ella armado. «No se puede llevar armas en las bases, pero la institución lo permitió», describió. Fue el primer episodio de un largo calvario de presiones de sus superiores. La segunda fue mandarla a Sevilla desde la base de Marines.

Llegó el juicio. En 2012, el teniente coronel describió a la capitana Cantera como «narcisista, prepotente, visceral, que no admite que le llamen la atención o que le lleven la contraria? piensa que por ser mujer tiene que tener razón». Finalmente, fue condenado a dos años y diez meses de prisión por dos delitos de abuso de autoridad en la modalidad de trato degradante y maltrato de obra. Los cumplió y ahora está en libertad condicional desde finales de febrero. La capitana Cantera, ahora, se enfrenta a la disyuntiva de si vuelve o no al Ejército. Está de baja con una invalidez permanente y no se ve con fuerzas para volver: «Prefiero dejar el Ejército e irme a la cola del paro que vivir de rodillas».

Su intención ahora es conseguir «que se instale un protocolo que proteja a las víctimas», pues en su caso ni el ministro de Defensa, Pedro Morenés, ni el Jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, Jaime Domínguez Buj, han movido «un dedo» por ayudarla, pese a las continuas peticiones tanto de ella como de la diputada de UPyD Irene Lozano, que ha escrito un libro al respecto titulado «No, mi general».