Los autores sostienen que el aumento de la producción de cemento, cal, yeso y óxido de magnesio —empleado en la industria del acero y materiales refractarios— en Europa, tendría «posibles consecuencias en la salud de la población, ya que su fabricación puede liberar emisiones tóxicas y residuos en el medio ambiente—muchos de ellos cancerígenos o posibles cancerígenos— como el arsénico, cromo o dioxinas». La industria explica que estas emisiones, de producirse, se hacen siempre en valores por debajo de los límites normativos. j.S. valencia.
