«La revolución será feminista o no será». El Moviment Feminista de València parafraseó a Joan Fuster para el lema con el que abrió la manifestación del 8 de marzo en Valencia. Miles de personas vivieron una mañana festiva y reivindicativa, coloreada de lilas y morado y al ritmo de batukadas, aunque con mensajes que son una carga de profundidad contra una sociedad que, en pleno siglo XXI, aún consiente que 53 mujeres mueran asesinadas por sus maridos en España, permite la brecha salarial entre hombres y mujeres o intenta aprobar leyes que criminalizan el aborto libre.

Se ha conseguido avanzar en muchos derechos para las mujeres. Pero, como denunció ayer una portavoz del Moviment Feminista de València, Gabriela Moriana, las mujeres aún tienen que salir a la calle en el Día Internacional que se celebra desde 1911 «porque en temas de violencia e igualdad estamos yendo atrás. Nos manifestamos porque aun no hemos alcanzado los derechos que nos tocan, no solo no adelantamos, sino que vamos hacia atrás, ya que se está incumpliendo la Convención Internacional y las leyes, y acaban de intentar retirar el derecho de las mujeres de 16 a 18 años de abortar sin consultar», criticó.

En el manifiesto que leyeron en la Plaza de la Virgen, el Moviment Feminista denunció que «la crisis económica está sirviendo como excusa para ejecutar reformas y recortes de los servicios básicos en un claro ataco contra los derechos de las mujeres». Incluso acusaron al Partido Popular de «agravar con sus reformas la desigualdad de las mujeres: hay más precariedad laboral, más temporalidad en los contratos, más ocupación sumergida, más paro y salarios más bajos» por lo que urgieron a un «cambio del modelo económico y social que ponga el acento en el respeto a la diversidad de las personas, en la defensa de los derechos humanos que nos corresponden».

Unas reivindicaciones coreadas con decenas de lemas lanzados a los cuatros vientos durante el recorrido desde la Plaza San Agustín hasta la Plaza de la Virgen, que tardó más de una en realizar todo el recorrido por las calles Colón y de la Paz. «Segregació no és educació», clamaban los representantes de Escola Valenciana. «0% violencia, 50% poder y 100% salario», reclamaban otras mujeres con sus pancarta. «Patriarcado y capital, alianza criminal», coreaban un nutrido grupo de jóvenes con banderas comunistas. «Los gastos militares para escuelas y hospitales», exigían el colectivo de Iaioflautas. Ya en la Plaza de la Virgen, el Teatro Marinero del Cabanyal escenificó una «perfomance» en la que tres mujeres consiguen sobreponerse a los comentarios machistas, castrantes y frustrantes que lanzan las parejas, la familia, los acosadores o la iglesia. Una victoria recibida con aplausos y el lema: «Visca, visca, visca, la lluita feminista!»