El Ministerio de Fomento intentó «colar» en Murcia una solución «provisional» para la llegada del AVE «como las que se han ejecutado en Alicante y Valencia», pero la presión vecinal y la presión de las instituciones murcianas obligó en febrero de 2014 a dar marcha atrás al departamento que dirige Ana Pastor. Todo lo contrario de lo que sucedió en Valencia, donde la suspensión «sine die» del Parque Central sólo encontró «comprensión» en la Generalitat y en el Ayuntamiento de Valencia.

Fomento sugirió para Murcia, el 19 de enero de 2014, soterrar «un pequeño tramo de 500 metros, compatible en un futuro con la desaparición de las vías del tren, que llegaría la Estación del Carmen sin remodelar». La alternativa contravenía el pactado alcanzado por Fomento, el gobierno murciano y el Ayuntamiento de Murcia, el 22 de junio de 2006, para remodelar la red arterial ferroviaria murciana con motivo de la llegada del AVE (que se retrasa para los murcianos desde 2012 y que se espera «para 2015»).

La integración ferroviaria permitirá a la ciudad de Murcia eliminar doce pasos a nivel, soterrar las vías, mejorar la estación y ganar un bulevar. Una solución urbana que reclama desde hace veinticinco años la Plataforma Pro-Soterramiento de Murcia, que protesta todos los martes con el corte de las vías del ferrocarril. De ahí que la entidad reaccionara rápidamente a la solución «provisional como la de Alicante o Valencia» y organizara dos grandes manifestaciones en la capital murciana para exigir el soterramiento. Dos días antes de que se celebrara la segunda gran protesta, el 15 de febrero, apoyada por más de 130 asociaciones murcianas, Fomento ya había dado marcha atrás. Murcia logró parar en 25 días la opción de saldo que proponía Fomento para su red arterial ferroviaria gracias a la presión ejercida por el alcalde de la capital, Miguel Ángel Cámara, y el presidente murciano, Ramón Luis Valcárcel. El 19 de enero se desvelaban los planos «low cost» de Fomento para Murcia y, antes de que acabara el mes, los políticos murcianos visitaron en dos ocasiones del ministerio hasta lograr que Fomento mostrara «su voluntad inequívoca» de que el AVE llegue a la Región de Murcia «del modo en que reclaman las diversas instituciones regionales y locales y el conjunto de la sociedad murciana». Casi lo mismo de lo sucedido en Valencia.