Los abogados defensores y los acusados celebraron como un gran triunfo la decisión del tribunal de aplazar la vista hasta el 11 de junio. Uno de los letrados abandonó la sala diciéndole a su cliente: «Lo hemos logrado, lo hemos logrado». La exconsellera Milagrosa Martínez también salió exultante de la sala, aunque rechazó hacer valoraciones porque «eso son cosas de los abogados». La Fiscalía temía que esta situación se pudiera dar. Los fiscales entraron muy tensos a la vista. El juicio arrancó a las 9.45 y se terminó a las 14.20. La exconsellera Milagrosa Martínez estuvo a punto de quedarse dormida varias veces durante las dos horas y media de alegato de la fiscal Anticorrupción Ana Cuenca. La acusada Mónica Magariños trató de disimular sus risas cuando el ministerio público cuestionó su cambio de abogado a última hora. Magariños pidió un abogado de oficio en enero tras asegurar que no podía seguir pagando a su letrado. r. f. valencia