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Sanidad

Los servicios privatizados del hospital Clínico son los que más quejas reciben

La gerencia del centro vuelve a aplazar las obras de ampliación del servicio de urgencias

Los servicios privatizados del hospital Clínico son los que más quejas reciben

El catedrático de Pediatría Joaquín Colomer y conseller de Sanidad del gobierno socialista en la C. Valenciana, ya fallecido, anunciaba treinta años atrás que el hospital Clínico se había quedado pequeño y tenía que crecer. Ese empeño se convirtió años después en un convenio con la Universidad Politécnica para estirar el centro hospitalario hasta el edificio de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos, en el Campus de Blasco Ibáñez, junto al edificio Materno Infantil, que hubiera permitido incorporar 120 camas más de hospitalización, 45 puntos de consultas urgentes y 8 de pediatría. El acuerdo quedó en suspenso en 2012 y el proyecto de mejora del Clínico también.

La saturación de las urgencias, la permanente falta de espacio para alojar enfermos, las averías en ese servicio y la existencia de zonas deterioradas que se cubrían con plásticos para apartarlas de la vista de los usuarios „este invierno„ llevó a la gerencia del Clínico a retomar la olvidada reforma y a prometer una vez más a la ciudadanía y a los empleados «el inicio de las obras de remodelación de urgencias», un anuncio que de nuevo se ha quedado en la quimérica intención de emprender algo que nunca llega.

Así lo ha anunciado la Federación de Servicios Públicos de UGT tras haber tenido acceso a un documento oficial „de febrero de este año„ en el que se descarta una vez más esta necesaria ampliación.

La decisión de volver a cerrar los ojos ante la necesidad de mejorar el hospital emblemático en la formación de especialistas clínicos supone también «condenar a la masificación» a los 350.000 beneficiarios y profesionales, algo que han vivido en primera persona unos y otros hace solo unas semanas, cuando el pico de enfriamientos, gripe y c0mplicaciones de las pluripatologías de mayores convirtió el servicio de urgencias poco más que en un «almacén» de enfermos, según dio a conocer en su día la Junta de Personal.

La falta de inversión y de mejoras se traduce a diario en un deterioro irreversible. Tres denuncias en la inspección de Trabajo firmadas con el sello de UGT así lo atestiguan. Los escritos relatan problemas en el montacargas que traslada el instrumental quirúrgico y eb la central de esterilización que desde hace meses derrama aceite sobre la maquinaria del elevador y en el propio foso, con riesgo de accidentes.

Aumentan las quejas

También describen las quejas la situación en la que se encuentran los vestuarios de los trabajadores y el mal estado de las dependencias del SAMU que, a tenor de los empleados, «no guarda ni las más mínimas condiciones de habitabilidad».

La externalización de algunos servicios habrá podido ahorrar costes a la Administración „ese es el argumento con el que se justifica la privatización„, pero no necesariamente mejora la prestación de lo que se ofrece a los pacientes. Y esto es lo que ocurre con puntos álgidos en el día a día del hospital como son la cocina, el mantenimiento, la lavandería y la limpieza cuya responsabilidad recae en manos de empresas privadas.

Asegura UGT que según información remitida por la propia Conselleria de Sanidad, «hay una evolución a peor», y las áreas de limpieza de instalaciones y lencería son, además, las que mayor número de quejas reciben. «Esto demuestra„ añade el sindicato„ que la externalización de los servicios ha dado como resultado un empeoramiento de la calidad».

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