­La «unión» política entre la líder de UPyD, Rosa Díez, y el hasta ahora diputado de esta formación, Toni Cantó, se inició en la precampaña de 2010, con continuas alabanzas entre ambos, y ha terminado mal, tras numerosas descalificaciones del diputado a la gestión de Díez. Si, en 2010, Cantó afirmaba que apoyaría a Díez «en todo lo que necesite» y se ofrecía a presentarse «a lo que quieran» en UPyD, ayer anunció su renuncia al escaño y a la candidatura a la Generalitat. Los resultados electorales de 2011 mostraron una Rosa Díaz feliz por haber conseguido grupo propio en el Congreso, en el que estaba Cantó, que salió elegido por Valencia.

Toni Cantó simultaneó en la campaña su profesión como actor con los actos electorales, sin descuidar las redes sociales -donde contaba con 23.400 seguidores en Twitter- y un vídeo cantando un tema de «rap», que fue visto en casi 32.000 ocasiones en el portal YouTube. Precisamente, las redes sociales le han dado más de un disgusto, ya que en febrero de 2013 aseguró que la mayoría de las denuncias de las mujeres por violencia machista eran falsas y los fiscales «no las persiguen». Poco después, y presionado por la indignación general y su propio partido, pidió perdón y rectificó.

No le sirvió de mucho la penitencia porque pocos meses después la volvió a montar, al burlarse en Twitter de la dicción del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Hasta su jefa de filas, Rosa Díez, le llamó al orden y calificó la broma de «improcedente» aunque después dijo que era «un buen diputado». Todavía eran tiempos felices, ya que pocos meses antes, Cantó declaraba sentirse «muy feliz, afortunado y contento». En agosto de ese año, llegó a decir que Díez llegaría a ser presidenta del Gobierno en dos legislaturas, «por el bien» del país.

En noviembre de 2013, en el II Congreso del partido y como delegado por Valencia daba su apoyo a Díez «con los ojos cerrados» al considerar que es el «activo más importante del partido» y «habría que estar loco para no exprimir hasta la última gota de esa experiencia». Con esa unidad y buenas perspectivas, UPyD afrontó las elecciones europeas, celebradas en junio de 2014, en las que obtuvo cuatro eurodiputados. Pero lo que fue un gran resultado para la formación, también fue el origen de los problemas de unidad en el partido para Rosa Díez. Sosa Wagner reclamó un diálogo con Ciudadanos, lo que motivó que fuera apartado de la dirección.

Pero fueron las elecciones andaluzas y los malos resultados de UPyD el detonante del final de la historia de Rosa Díez y Toni Cantó, que ya se había resquebrajado con el asunto de los europarlamentarios. Cantó calificó de «decepcionante» la rueda de prensa de Díez y consideró que la dirección «debe responsabilizarse de las decisiones que nos han traído aquí». Se precipitaron los acontecimientos: dimitían cuatro dirigentes de UPyD y Toni Cantó apoyó a sus compañeros. Unos días antes del último Consejo Político aún Cantó afirmaba tener «muchas ganas de proponer y escuchar» en ese órgano y negaba que fuera a abandonar UPyD. Pero la distancia con Díez se alargaba y Cantó pidió la dimisión de toda la dirección. Defendió la urgencia de llegar a pactos puntuales con Ciudadanos y acusó a Díez de «engañar» a los afiliados.