Una testigo protegido que se ha quedado desprotegida.
Nunca he sido testigo protegido. Yo denuncié a través de intermediarios, se supone que anónimamente, pero mi nombre salió a la luz en la instrucción del caso. Fui a declarar muy gustosamente, porque yo estaba en el extranjero y podría haber declarado por videoconferencia pero acudí porque consideré que el interlocutor válido era el juez Antonio Pedreira [el segundo instructor del caso Gürtel, tras Baltasar Garzón y antes de Pablo Ruz]. Aporté toda la información que obraba en mi poder y, a la vista está, que no he tenido ninguna protección, porque se han cebado conmigo, acosándome hasta que he tenido que denunciar y he ganado dos sentencias: una en el juzgado de lo social de Móstoles y otra en el TSJ de Madrid. Pero como la administración pública recurre con fondos públicos, este proceso se puede eternizar [por un recurso ante el Supremo] y, mientras tanto, yo estoy en tierra de nadie totalmente desprotegida.
Y buscándose la vida, tras abandonar su trabajo como funcionaria mientras los presuntos corruptos viven a todo tren.
Yo era personal laboral fijo con plaza en propiedad, con dos oposiciones ganadas y tuve que renunciar a mi puesto de trabajo. Y mientras, ellos viviendo a cuerpo de rey, tanto los funcionarios como los políticos corruptos. Ahora mismo no tengo ingresos. Sobrevivo gracias a la plataforma de apoyo que se ha creado en Facebook, cuando los ciudadanos conocieron mi caso. Estoy buscando trabajo y buscándome la vida. Vendo artesanía en mercadillos. Hace poco estuve en Valencia vendiendo artesanía durante las Fallas, pero tuvimos mala suerte con el tiempo. Hago lo que puedo. Trabajillos que me salen a veces... Espero que con las elecciones haya un cambio. Sobre todo con las elecciones municipales en Boadilla, porque la justicia es tan lenta que esto no se va a resolver a menos que algún partido político retire el recurso [contra su demanda] en el Supremo.
¿Volvería a denunciar la trama después de todo lo que ha vivido?
Siempre lo digo: lo volvería a denunciar. No me imaginaba el coste que esto iba a suponer a nivel personal, laboral y a todos los niveles de mi vida, pero sí lo volvería a denunciar. Yo no podría dormir con la conciencia tranquila sabiendo todo lo que sabía que estaba sucediendo en el Ayuntamiento de Boadilla, no podría vivir con esa carga mirando para otro lado.
¿Ha recibido amenazas?
Son muy sutiles. Estamos ante una mafia perfectamente organizada. A diferencia de otros países, aquí no se usa la pistola, hasta donde yo sé, pero hay muchas formas de amenazarte sin recibir una amenaza directa o un papel que diga: "Te vamos va matar". Sí que he recibido cuarenta anónimos diarios, llamadas a altas horas de la madrugada, se han borrado archivos en mi ordenador relacionados con la trama Gürtel. Me han reventado las cerraduras del coche tres veces dentro de mi casa. Me han zarandeado a la salida de un pleno gente afín del PP... No es una amenaza, pero sí un acorralamiento brutal, que es igual a matarte en vida.
¿Qué le aconsejaría a un funcionario que se encuentre en la misma situación que usted?
Siempre animo a que los funcionarios y los ciudadanos denuncien. Aunque si piensan en mi caso y por lo que ha pasado dirán: no me atrevo. Pero algunas personas nos hemos encargado de generar mecanismos: Asociaciones anticorrupción, el Observatorio de la ciudadanía contra la corrupción donde yo colaboro. El buzón del partido X, «Fíltrala»... Hay plataformas que garantizan el anonimato del denunciante y eso es fundamental. Para que no les pase lo que me ha pasado a mi la solución no es no denunciar, la solución es denunciar y preservar el anonimato.
