El sacerdote Miguel Mateu, vicario de la parroquia de Cortes de Pallás, ha decidido mantener la misa que oficia sábado y domingo en el templo a pesar de que tiene que emplear seis horas, entre ida y vuelta, para llegar a la población, de menos de 700 habitantes, al estar bloqueada la única carretera de acceso por el desprendimiento registrado el pasado 6 de abril, según ha informado el Arzobispado en un comunicado.

Mateu vive en Chiva, a 72 kilómetros de Cortes de Pallás, y desde allí atiende pastoralmente a la localidad y sus siete aldeas. Para llegar hasta el municipio, emplea habitualmente una hora y, tras el bloqueo de la carretera, el recorrido lo hace en tres horas en ir y otras tres en regresar.

"Muchos me han aconsejado no volver al pueblo hasta que no se abra la carretera, y que los vecinos continúen con la celebración de la Palabra, pero no puedo dejar a los feligreses a los que quiero, aprecio y llevo en el corazón, sin la Eucaristía. ¿Cómo les voy a dejar así?", ha señalado.

Miguel Mateu, que lleva ocho años como sacerdote de Cortes de Pallás, ha añadido que "si los vecinos recorren el camino para cualquier cosa que necesitan, yo también lo hago, hasta que no se solucione la situación, con mucha alegría y mucha ilusión para no cerrar el culto".

Para llegar a Cortes de Pallás el párroco, de 32 años, tiene que ir de Chiva a Requena y luego a Jarafuel desde donde se desplaza a una pista forestal de tierra de 30 kilómetros hasta llegar a la localidad.