La sospecha de un posible caso de ébola, que a primera hora de la tarde de ayer se confirmó como paludismo al ser los síntomas prácticamente idénticos, puso a la Conselleria de Sanidad en guardia para coordinar un operativo urgente de traslado del paciente desde su residencia en Elx hasta La Fe, que es el centro de referencia para tratar estos casos de contagio, según informó la Administración sanitaria. El afectado es un piloto de nacionalidad alemana que había regresado de Sierra Leona hacía diez días y permanece estable.

Tras saltar todas la alarmas y activar aceleradamente el protocolo de actuación, apenas tres horas después de su ingreso en el área de de aislamiento de La Fe la conselleria confirmó que el paciente había dado negativo en un primer análisis del virus del ébola y positivo en paludismo o malaria, aunque estos primeros resultados serán confirmados en las próximas horas desde el Centro Nacional de Microbiología del Instituto Carlos III de Madrid.

El convoy de vehículos sanitarios que trasportaban al sospechoso de haber contraído el virus altamente letal llegó a las dos del mediodía al hospital La Fe y se dirigió por la entrada del Muelle, que es el acceso establecido para el ingreso de estos casos.

Un celador y un empleado sanitario completamente equipados con los «buzos» de protección individual esperaban en la planta baja al paciente para trasladarle por un circuito de seguridad hasta la séptima altura del pabellón E, que es donde está el servicio de Infecciosos. Allí, otros dos sanitarios, completamente enfundados y protegidos recibieron al enfermo.

El sospechoso presentaba tos y fiebre alta cuando a primera hora de la mañana de ayer intentó dirigirse al hospital General de Alicante en taxi, aunque cuando llegó al núcleo urbano y tras contactar telefónicamente con el hospital, un facultativo le aconsejó que regresara a su casa y esperara allí la llegada de vehículos sanitarios adecuados para evitar contagios.

El taxista que recogió al paciente a las 9,30 en su domicilio y le trasladó al centro hospitalario de Alicante supo que en la parte de atrás viajaba un sospechoso de ébola cuando el pasajero le pasó el teléfono para que hablara con el médico. El taxista se quedó en la puerta de la casa del paciente a la espera de nuevas instrucciones.

Antes del mediodía un vehículo sanitario TNA, totalmente forrada con plásticos, recogía al ciudadano alemán que salió de su casa con mascarilla y con la cabeza cubierta para no ser reconocido para trasladarle hasta La Fe.

Un médico de Salud Pública se entrevistó con el taxista y tras determinar que no había tenido riesgo de contagio, le aconsejó que se marchara. El conductor se ofreció a que le hicieran las pruebas necesarias para descartar sospechas.