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Entrevista | Héctor Franceschi

"Casi todas las causas de nulidad son profundas tragedias y heridas que las personas tienen que revivir"

«El Papa quiere reformar el proceso de nulidad y hacerlo más sencillo porque ve una gran injusticia que dure 7 años»

"Casi todas las causas de nulidad son profundas tragedias y heridas que las personas tienen que revivir"

Realmente usted está sentado en la boca del volcán porque ser juez eclesiástico de las causas de nulidad debe ser arduo y difícil.

Esa y también la otra, la de ser profesor de Derecho Matrimonial, que es una tarea apasionante. El trabajo de juez es arduo y delicado porque uno tiene delante, no papeles, sino vidas. Y casi todas las causas de nulidad son profundas tragedias, heridas profundas y que a veces las personas han tenido que revivir para conocer la verdad de su situación, qué ocurrió con ese matrimonio que fracasó o si era nulo, es decir no era verdadero matrimonio desde el principio. Un trabajo difícil porque muchas veces, uno sufre viendo el sufrimiento de las personas.

La nulidad matrimonial tiene mala fama porque lo que nos llega es que solo se anulan los matrimonios de la gente con mucho dinero y famosa .

Yo también me hacía la pregunta cuando empecé a estudiar Derecho Canónico; y cuando empecé a ser juez basta tomar un libro, un volumen, el de las decisiones de la Rota romana que recoge todas las sentencias de cada año. Uno empieza a estudiar los casos y sorprende mucho que en el 90 o 95 % se trata de personas de clase media o baja las que han llegado hasta la Rota.

De gente normal, se refiere.

Le cito un un caso que tengo entre las manos: él es cargador en un depósito y ella, secretaria. No tienen muchos medios, pero, ¿a quien le importa la nulidad o validez de ese matrimonio? A ellos y a su entorno, ese matrimonio nunca llegará a los periódicos, solo aparecen los de los famosos: la princesa de Mónaco, el cantante... y parece que la Rota romana, la Rota española o los tribunales eclesiásticos solo se ocuparan de la nulidad de los matrimonios de los famosos. Basta ir a los hechos y uno se da cuenta que es mentira. Prácticamente todas las causas son de gente común y muchos han pedido el beneficio de pobreza porque no tienen medios. De hecho, la mayoría de causas las llevan abogados que paga el tribunal, la persona aporta unos 500 euros. Así que no es una cuestión de dinero.

¿Cómo han evolucionado las causas de 2000 a 2014?

Sí, se nota que del año 2000 hasta ahora ha habido una caída.

¿A qué se debe?

No a que haya menos, sino a que hay una especie de desinterés y lejanía de la Iglesia y a muchas personas no les interesa saber si su matrimonio era nulo o no, y por la extensión del divorcio, son personas que se han alejado de Dios y dicen: ¿para qué? Pero muchas veces esas causas se dan cuando la persona reencuentra la fe. La gran mayoría de los que acuden creen en la indisolubilidad y quieren saber si el matrimonio no solo era fracaso, sino nulo, es decir, que fue siempre inexistente.

¿Cuántos son en el tribunal?

En el Vicariato de Roma que es en el que yo fallo y cubre toda la región del Lazio, de 20 a 25. En la Rota romana que conoce causas de todo el mundo unos 22 o 23.

¿Una nulidad se tiene que pedir por las dos partes?

No, la puede pedir solo una parte y la otra dice: me someto a lo que diga el tribunal. A veces se opone, pero la mayor parte se desinteresa. En la mayoría de las causas la otra parte se presenta a declarar. La confrontación ayuda mucho a los jueces para arrojar luz sobre la verdad de los hechos.

¿Qué tiempo se tarda?

El código dice que debería durar un año máximo la primera instancia y 6 meses, la segunda. No basta que la primera diga es nulo, hay que mandarlo a la instancia superior que puede volver a estudiarlo todo o confirmarlo. Hay muchos que lo cumplen, pero muchos que no, por falta de personal o porque el tribunal no está bien constituido. Es una preocupación grande del papa Francisco y ha nombrado una comisión que está estudiando la reforma del proceso para hacerlo más sencillo y más rápido. El Papa ve como una gran injusticia que la causa dure seis o siete años.

¿Qué opina del Papa?

En una ocasión tuve la oportunidad de saludarlo personalmente y, sobre todo, me golpeó muchísimo la cercanía a a las personas, como cuando saluda „yo estaba con otro profesor„, y cómo se detuvo con nosotros y pidió específicamente, y eso muestra cómo es el Papa, que no hubiera nadie detrás de el o al lado diciéndole a la gente que acabara ya, sino que se para con uno y es el mismo y está con cada persona. Es muy cercano, muy metido en Dios, un auténtico pastor; dice lo que piensa, a veces yendo contracorriente, a veces sobre algunos casos de matrimonio y familia y dice cosas muy duras, muy claras. Es muy querido, es valiente y es un dolor de cabeza para los de la seguridad.

¿Qué le dijo el Papa?

Nos agradeció mucho que rezáramos por su hermana enferma y luego nos agarró las manos y mirándonos nos pidió: «Por favor, recen por mí, recen por mí». Fueron solo dos minutos, pero muy intensos.

¿Desde su posición detecta que hay una parte de la curia que no quiere al Papa?

Yo no lo diría así.Entender la iglesia con criterios solo humanos es casi imposible. ¿Que hay gente de la curia que está nerviosa? Si, porque tienen un modo establecido, un «stylus curiae», de que las cosas siempre se han hecho así y ahora, precisamente, está pensando la reforma de la curia. El papa Francisco quiere claridad absoluta y eso a algunos les pone nerviosos.

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