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Escándalo en la diputación

Imelsa pagó detectives y hasta mocasines

La empresa pública abonó facturas para espionaje, ropa, arte o tecnología con la aprobación del diputado responsable y la Intervención de la Diputación de Valencia - Varios contratos se trocearon para esquivar la normativa de adjudicación pública

El escándalo de la empresa pública Imelsa lleva camino de convertirse en otro caso Emarsa, según la facturación de la entidad a la que ha tenido acceso Levante-EMV. La sociedad para el impulso de los municipios pequeños de la provincia de Valencia pagó detectives privados, exposiciones, «customización» de móviles y hasta zapatos mocasines. Unos artículos poco relacionados con las principales tareas de la mercantil, que se dedica a la prevención y lucha contra los incendios forestales; la conservación de los árboles monumentales; la gestión de cursos de formación para el empleo; la construcción de piscinas y el montaje de césped artificial.

Según una factura en poder de este periódico, en 2007 el gerente fugado Marcos Benavent ya contrataba detectives privados con dinero público. Imelsa abonó el 6 de noviembre de ese año 2.789,80 euros a «Sider 2000, detectives privados», una empresa avalada para estos trabajos por el Ministerio del Interior. La Intervención de la Diputación de Valencia validó el pago, pese a que no especifica el concepto y el servicio tiene poco que ver con el objeto social de Imelsa. Como ha venido contando este periódico, Benavent estaba obsesionado con la vigilancia y el espionaje, como han evidenciado las escuchas, y no era extraño verlo con relojes grabadora o una antena para captar conversaciones de móvil. Estas facturas demuestran que utilizó la empresa que dirigía para sus operaciones.

La empresa pública Imelsa también pagó ropa y complementos para uso personal. Benavent compró unos zapatos mocasines de un conocido centro comercial de Valencia. El par le costó 67 euros y lo abonó con un cheque el 16 de diciembre de 2009. En una tienda de Barcel0na, Imelsa pagó 760 euros por una «customización entorno Blackberry», una operativa que permite controlar los teléfonos que dependen de la empresa.

La sociedad pública se gastó 23.834 euros en agendas y listines telefónicos en septiembre de 2006, antes de la llegada de Benavent a la gerencia en 2007, que coincidió con la entrada de Alfonso Rus en la presidencia de la diputación. Todas estaban impresas a cuatro tintas, encuadernadas y acolchadas, lo que teóricamente habría disparado su precio. No es extraño encontrar grandes gastos en papelería y material de oficina. Otro de los dispendios recurrentes en la facturación de la empresa pública es el alquiler de vehículos de todo tipo. Destacan los todoterreno, cuyo arrendamiento se justifica en la vigilancia forestal, aunque es más llamativa una factura de octubre de 2007. 827 euros para alquilar un Volkswagen Passat 2.0 durante 31 días.

Imelsa también organizó una exposición en el monasterio del Corpus Christi de Llutxent en 2009, donde es alcalde del PP José Aranda, asesor de Rus en la diputación. La muestra la montó una empresa que cobró unos 40.000 euros en cuatro facturas menores de 12.000 euros sin IVA para evitar el concurso público. Para hacerse una idea del impacto de la muestra, en Llutxent no son más de 1.500 personas en invierno y 2.500 en verano.

Otro de los pagos fraccionados se realizó para el desarrollo del portal de Imelsa. El 9 de diciembre de 2009 se abonó una factura de 19.720 euros, el 11 del mismo mes otra de 18.560 y el 14 una tercera de 19.178,67, todas con el IVA incluido. En cinco días Écran Comunicación Interactiva percibió casi 60.000 euros por trabajos en la página web de la sociedad.

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