Alfonso Rus siempre se ha jactado de recordar que fue «Mariano» [Rajoy] el hombre que lo fichó para el PP cuando era un emergente alcalde de Xàtiva. Ayer, Mariano vino a Valencia y no ahorró en elogios a Alberto Fabra por su gestión. Tampoco a Rita Barberá.

El vecino de Fabra en el otro lado de la Plaça de Manises no estuvo en ninguno de los actos porque está suspendido de militancia, pero no se quedó en casa reflexionando sobre su negro presente y futuro político. Alfonso Rus siguió con su agenda con aparente normalidad. Recibió a tres excursiones de vecinos, la mayoría jubilados, de la Llosa de Ranes, Losa del Obispo y Calles.

Dentro del programa Sona València per als majors, las visitas se trasladaron luego al MuVIM y a la Beneficència, donde fueron obsequiados con una comida de hermandad y un espectáculo de bailes tradicionales valencianos.

Durante el paseo por el Palau de la Batlia, hubo parada en el salón de plenos. Los vecinos „unos 150„ ocuparon los 31 escaños del hemiciclo y los bancos del público, dispuestos a escuchar las intervenciones de las diputadas Amparo Mora y Carlota Navarro, sobre todo, la de Alfonso Rus. La diputada Navarro se mostró «impactada» por el cutis de los vecinos de los Serranos allí presentes. «Ya me dirán qué crema se ponen o si es la temperatura o el aire porque están todos espectaculares», comentó la amable anfitriona. «El aire, es el aire», le aclararon.

La alocución más esperada fue la de Alfonso Rus, quien aprovechó para publicitar la única tele que ha conseguido poner en marcha, la teleasistencia para «personas mayores, personas que están solas en casa, enfermas...», explicó en un tono más bajo de lo habitual. «Tenemos 16.600 personas atendidas, es una maravilla...el call center», agregó para explicar, ante quienes el próximo 24 de mayo podrán acudir a votar, que dentro de esa prestación se incluye «llamar a las personas para preguntar si se han levantado, y si es su santo las felicitan, preguntan si sus hijos van a verlos...».

«Es un programa muy caro, pero es barato porque si una sola persona salva la vida eso ya vale todo el dinero del mundo». «Si a alguno le hace falta que lo pida a los alcaldes o a servicios sociales, lo anotan y cuando haya vacante tendrán aparato [para teleasistencia] a coste cero, no tendrán ningún problema», remató. Rus se llevó un aplauso general de un auditorio que no le recordó los trapos sucios.