La Generalitat Valenciana ha dado un primer paso en el control de la plaga del caracol manzana, detectado en 2009 en el arrozal de delta del Ebro y que amenaza por extenderse por los humedales mediterráneos hasta llegar a la Albufera y ha endurecido las medidas preventivas.

Las medidas preventivas aprobadas mediantes una resolución de la Conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación pasan por el control de toda la maquinaria agrícola que pretenda realizar labores de cultivo del arroz, «y en particular de aquella que proceda de zonas demarcadas con presencia de caracol manzana». Hasta un mes antes en el caso de las cosechadoras y de 15 días para el resto de máquinas procedentes de otras zonas arroceras, hay que comunicar oficialmente la llegada de esta maquinaria. Si viene de zonas afectadas deberá tener, además , un certificado de la desinfección previa al transporte.

La norma, heredera de una similar dictada por el Ministerio de Medio Ambiente en 2011, atribuye a «los cultivadores de arroz» y « las agrupaciones de regantes y tancats» la «colaboración en la vigilancia de los arrozales y acequias, comunicando de inmediato al Servicio de Sanidad Vegetal cualquier sospecha de la posible presencia del citado caracol manzana».

Tal como se ha comprobado en el Delta del Ebro, una vez instalado, la erradicación de esta especie invasora es prácticamente imposible.

En 2011, el Ministerio de Medio Ambiente ya impuso la prohibición de importar dos especies de caracol manzana, «Pomacea insularum» y «Pomacea canaliculata», muy utilizados en la decoración de acuarios y posible causa del foco detectado en 2009 en el Delta del Ebro, donde ha ido ganando territorio en los últimos años.