La revolución árabe que prendió en Túnez en 2011 y se extendió a los paises árabes vecinos fue, sin embargo, una puerta trampa para las mujeres tunecinas que con la irrupción del partido islamista perdieron derechos asentados desde 1956 como el divorcio, la contracepción y la abolición de la poligamia.

Con aquella falsa revolución, las mujeres no se hicieron más libres. Así lo relató ayer la profesora de Economía Pública de la Universidad de Túnez, Anissa Ben Hassine, en la conferencia internacional «Las mujeres en la nueva era del Mediterráneo» que se celebra hasta hoy en el Oceanográfico organizada por la Fondazione Terzo Pilastro en la que participan ponentes de trece paises.

«Tenemos derechos, pero somos una minoría, ahora pocas mujeres estudian y pueden evolucionar en el mundo profesional», agregó la tunecina que recordó que en su pais la emancipación de la mujer se remonta a la fundación de Cartago.

La realidad de la mujer en Túnez no difiere mucho de la que se vive en otros paises de las dos orillas: mayor paro y diferencia salarial.

Anissa recordó que las primeras víctimas de la crisis fueron las mujeres independientes con formación y cualificación. En Túnez ya no gusta ver a una mujer al volante, confesó. El último gobierno solo lleva 100 días y todo son incógnitas aún.

La presidenta de la Asociación de Empresarias Egipcias, Amany Asfour recordó también que la mujer en su pais podía ser gerente y accionista de una empresa desde 1902, cuando se inició la obra del Canal de Suez.

La empresaria rompió el estereotipo que se tiene del lugar en el que el Islam coloca a la mujer y aseguró que la formación y la libertad ha sido una premisa de esta religión y que lo que ocurre ahora, «es una mala interpretación; nos manipulan como mujeres», resaltó para añadir que quienes actúan contra la mujer escudándose en el Islam, «no son fanáticos, son terroristas».

La conferenciante, como también propusieron sus compañeras de mesa la empresaria griega Apostolina Tsaltampasi, la profesora italiana Fiorella Kostoris y la presidenta de las mujeres empresarias de Turquía Gülden Türktan, abogó por unir fuerzas para impulsar el gran potencial de la mujer y su autoempleo, para que sea reconocida y tenga el poder que le corresponde. También se defendió una «política simétrica» de conciliación para que no sea siempre la mujer la que tire del permiso de maternidad.

El profesor Emanuele, presidente de la Fondazione que ha impulsado el evento, declaró: «Estoy convencido de que la mujer desde siempre ha sido la auténtica artífice de la evolución social en la historia».

«Los paises del Mediterráneo „agregó„ necesitan que la mujer participe y sea la verdadera protagonista de la revolución económica».