Arquitecto desde 1980 y doctor Cum Laude desde el 1984, además de ingeniero mecánico, diplomado en Historia y profesor universitario, Javier Domínguez presenta su candidatura a decano del Colegio Oficial de Arquitectos de la Comunidad Valenciana, cuyas elecciones se celebrarán el próximo día 15 de mayo. Del mandato del actual decano, Rafael Durá, Domínguez critica que no se ha avanzado hacia un modelo que corrija «las disfunciones y los sobrecostes económicos». «La estructura del Colegio debe ser de proximidad, para estar cerca de los compañeros y de la sociedad, pero no tiene sentido que mantengamos una estructura obsoleta», confiesa el arquitecto, quien propone en «La transformación necesaria» „su candidatura„ «una sede colegial integrada en los colegios territoriales y una reducción de miembros de la junta de gobierno». Además, Domínguez habla de la necesidad de unificar los visados en las tres provincias y establecer «una estructura más participativa, en la que el voto electrónico sirva para tomar decisiones».

Domínguez se muestra también muy preocupado por la situación de los jóvenes arquitectos, aunque considera que en este caso, la crítica debe hacerse a la administración. «La Generalitat no hace nada para ayudarles, necesitan más apoyo para salir», comenta. Domínguez habla de la necesidad de crear bolsas de trabajo joven y cursos que permitan a los jóvenes formarse e integrarse en el mercado laboral. «En 1980 cuando yo acabé la carrera, existían muchas menos posibilidades, España no estaba integrada en la Unión Europea y, sin embargo, recibíamos muchas más ayudas», sentencia el que fue también Director de Patrimonio Histórico Artístico hasta 2004. La apuesta para ayudar a los jóvenes pasa por apoyar la internacionalización, según el candidato.

«Valencia tiene muchas asignaturas pendientes, es absurdo pretender seguir creciendo a costa de la huerta. La fachada al mar no está resuelta y el distrito del Cabanyal-Canyamelar, condenado al ostracismo», explica. De las actuaciones urbanísticas llevadas a cabo en la ciudad el arquitecto opina que «no tiene sentido que los políticos las emprendan sin tener en cuenta lo que piensan los ciudadanos». Según Domínguez, además, la Marina Real «debe reconducirse lo antes posible para que las inversiones realizadas en la Copa América tengan un retorno». Cuando se le pide por los tres mejores edificios de Valencia, el arquitecto se quedaría con la Lonja «por ser el edificio gótico civil de más relevancia», el Mercado Central y el edificio del Ayuntamiento, «aunque teniendo en cuenta que estamos en plena festividad, me es imposible no decidirme también por la Basílica de la Virgen de los Desamparados».