Comidas y alojamientos, cartuchos y balas y hasta las armas. Prácticamente todos los gastos de las cacerías a las que asistió el exconseller y delegado del Gobierno Serafín Castellano, detenido hoy, y varios empresarios contratistas de la Generalitat corrieron por cuenta de Avialsa T35, la adjudicataria de los servicios de extinción aérea de incendios a la que el extitular de Gobernación otorgó con su firma 34,1 millones.

Castellano no es el único al que Avialsa regaló un arma, concretamente un rifle Browning semiautomático, según recogen las facturas presentadas por la armería Peña Armes Esports en el juzgado número 2 de Sagunt. Castellano niega el regalo. El ex teniente de alcalde y presidente del PP de Quartell (Camp de Morvedre), Emilio Máñez Domínguez, fue otro de los beneficiados por la magnanimidad del empresario Vicente Huerta, según revela esa misma documentación y corroboró el exgerente de la empresa en sus declaraciones en el juzgado cuando habló de los «regalos a políticos y otros conseguidores» por parte de Huerta para obtener «favores para su grupo empresarial». Avialsa T35 pagó las facturas de un rifle Browning semiautomático y una escopeta Beretta cuyas guías matrículas se pusieron a nombre de Máñez, empresario además de político. La contratista de la Generalitat pagó otros dos rifles y una escopeta, inscritos a nombre de Emilio Máñez Julve, el hijo del líder local del PP de Quartell.

Cada rifle costó 1.861 euros y las escopetas, 1.565, en un caso, y 1.965 la otra. Tres de estas armas fueron entregadas el 16 de octubre de 2008, otra el 26 de noviembre la escopeta Beretta para el hijo la recogió el mismo día que Castellano el rifle y la última el 4 de noviembre de 2009. En todos los casos, en la etapa en la que se celebraron la docena de cacerías por las que la Fundación Medioambiental Huerta pagó al menos 429.000 euros a Aprovechamientos Cinegéticos, la firma que montó las jornadas cinegéticas. En las facturas no aparecían las 1.934 perdices abatidas en tres ojeos en Cortijo de Trifillas (Albacete), sino conceptos tales como la intermediación en la compra-venta de parcelas en Viver donde Avialsa construyó su aeródromo , un informe sobre «biomasa para la reforestación aérea» o un estudio topográfico. Emilio Máñez es mano derecha del alcalde de Quartell, Francisco Huguet, el hombre de Castellano en el Camp de Morvedre hasta el punto de que fue su candidato a dirigir el partido en la comarca. Huguet trabaja para Avialsa como responsable de relaciones institucionales y apoderado de cuentas.

El entonces concejal Máñez se encargaba de la intendencia de las cacerías, según diversas fuentes. De hecho, en varios albaranes y facturas de munición aparece la inscripción «entregadas a Emilio Máñez» y la fecha 24 de julio de 2009, caso de la factura 900.172. En otras dos facturas, con compras de balas, visores y cartuchos por miles de euros también aparece su nombre.

El exconcejal de Quartell explicó ayer a este diario que él se pagó los rifles y escopetas, aunque «no tengo ninguna factura». Dijo no entender por qué aparecen las armas en recibos pagados por Avialsa.

En todo caso, matizó, «no habría ningún problema en que me las regalaran porque no soy político ni contratista público». Aunque, «yo me pago lo mío», quiso zanjar.