Las conversaciones entre PSPV y Compromís están suspendidas desde ayer por la mañana y hoy previsiblemente no se celebrará el acto público para presentar el programa conjunto de gobierno, como se acordó en la reunión del lunes. Pese a esta situación provocada por la insistencia de Compromís de reclamar la presidencia de la Generalitat, petición que los socialistas consideran un «insulto», el pacto del programa de gobierno se cerró y ya tiene el visto buen de Blanquerías. Además, las reuniones entre ambos partidos en muchos municipios siguieron celebrándose, aunque también se han paralizado en otros hasta nueva orden, como Valencia, que deja en el aire la investidura de Joan Ribó como alcalde.

Ayer fue un día de gran tensión entre PSPV y Compromís ante la mirada atónita de Podemos que pidió tranquilidad y criticó a los socialistas por negociar con ciudadanos. La mecha la encendió el lunes por la noche el negociador de Compromís, Pasqual Mollà, que exigió la presidencia de la Generalitat para Mònica Oltra y propuso para Ximo Puig una «conselleria en cap», es decir, una figura de coordinación de las conselleries.

Esta afirmación ante los medios, que ya se había deslizado en la mesa de negociación, crispó los ánimos en Blanquerías que a las 12 horas daba por suspendidas las conversaciones con la coalición. «Nos sentimos insultados. No comprendemos por qué nuestros votos valen para investir a Ribó de alcalde y Compromís se niega a apoyar al PSPV en la alcaldía de Torrent o Gandia», explicaron fuentes de la dirección.

Este comunicado provocó que directamente se dieran por suspendidas las reuniones de hoy, en las que se debía presentar el programa de gobierno y negociar la presidencia de las Corts. El vicesecretario de Organización del PSPV, Alfred Boix, señaló que «ha sido infinita la paciencia» que han tenido en el proceso negociador, pero esta «tiene un límite y la avaricia rompe el saco», por lo que no van a jugar a «estrategias» que se dilaten en el tiempo y quieren que haya Gobierno antes de julio.

Para ello, explicaron, buscarán «confluir en un espacio de gobernabilidad» con el resto de formaciones políticas, como Ciudadanos, que logró 13 escaños, porque tienen «la responsabilidad de gobernar la Generalitat» como segundo partido más votado en la Comunitat Valenciana y «el primero del cambio».

Esta tensión contrasta con el comportamiento de la tarde. Vía correos electrónicos y llamadas telefónicas, los negociadores continuaron con el programa de gobierno, «el qué». Casi a las 21 horas de la noche y tras varias modificaciones, Blanquerías dio el visto bueno al documento que debe ser la hoja de ruta de un Ejecutivo de progreso. Por su parte, Compromís evitó echar más leña al fuego con un comunicado público sobre las negociaciones del PSPV con Ciudadanos. El único que habló ante los medios fue Mollà, que aseguró tras la ruptura de las conversaciones que los socialistas «se equivocan con una demostración de fuerza».

Hoy está previsto que los acercamientos entre diferentes cargos de los partidos continúen pero no oficialmente. Los socialistas quieren que Compromís haga una gesto que indique que Ximo Puig será presidente de la Generalitat. A 24 horas de la constitución de las Corts, todavía no hay nada claro.