¿Cuál es su postura frente a las vacunas?
Es una postura crítica, pero no soy antivacunas, no estoy en contra de ellas. Tras investigar, analizar y hacerme muchas preguntas he llegado a la conclusión de que hay errores en los calendarios y ha llegado el momento de plantearse una reforma de los mismos para que sean más independientes de la industria farmacéutica. Estoy a favor de las vacunas efectivas y necesarias, que son las más antiguas. Y, como buena parte de la comunidad científica, soy más critico con las nuevas, como la del neumococo, el papiloma...
¿Qué problema hay?
Las vacunas empezaron un camino de éxito cuando comenzaron hace 200 años. Erradicaron la viruela, han reducido la polio y la difteria... Pero desde hace 25 años la industria ha pisado el acelerador de la mercantilización de la salud, sobre todo con la creación del sistema de patentes para medicamentos. Esto ha convertido el medicamento en un objeto vulgar de consumo, lo que ha afectado a las vacunas. El más claro ejemplo es el de la vacuna del papiloma. Es la que encaja en el modelo capitalista del desarrollo de un producto de marketing sanitario. Su eficacia está en entredicho, sólo protege de pocos virus, falla su cobertura...
Pero hay quien piensa que con una vida que se salve merecerá la pena vacunar.
Hablamos de problemas éticos y morales que son irresolubles. ¿Qué ponemos por delante la libertad individual o las necesidades del colectivo? Lo dejo en el aire y que cada uno lo exprese como quiera. Pero aquí entra en juego el marketing del miedo. La epidemia de 2005 de gripe aviar es un ejemplo o la de 2009 de gripe A o en 2007 la del papiloma... fueron grandes campañas del miedo. Hay un aprovechamiento y difusión del miedo por parte de empresas farmacéuticas para sacar réditos económicos.
¿Es cierto que se miente sobre la composición de las vacunas?
No se puede generalizar y no tenemos los medios para analizar una gran muestra, pero la Asociación de Afectados por las Vacunas ha analizado varios lotes de una vacuna que ha causado la muerte de dos bebés en España. Han analizado con su dinero, en laboratorios europeos independientes y han visto que en el caso de un adyuvante a base de aluminio que es neurotóxico había tres veces más cantidad de lo que la Agencia Española comunica en la ficha técnica. Hay una clara mentira y fraude.
¿Qué cambio propone en los calendarios vacunales?
Actualmente es al 100 % de los laboratorios. Propongo crear un comité de expertos independiente para analizar una a una las vacunas con la verdad desnuda. Y empezar a reconocer oficialmente los casos de daños ocasionados por las vacunas.
