Podemos, que una vez dio el sí al Pacto programático del Botánico pasó a un clamoroso segundo plano, no está dispuesto a ejercer de mero observador y comparsa del nuevo Consell bipartito de Ximo Puig y Mònica Oltra. Y ayer enseñó los dientes. Sin pretensión de asustar pero dejando claro que el suyo no es un cheque en blanco. La sobresaltada mañana de consultas del presidente de las Corts, Francesc Colomer, para sondear a los síndicos sobre los candidatos a la presidencia de la Generalitat, con la yenka inicial del popular Alberto Fabra anunciando la abstención a Puig para después rectificar, se remató pasadas las dos de la tarde, cuando el líder de Podemos salió al pasillo para advertir: «En principio no suscribimos la proposición de ningún candidato».

Y es que el voto de Podemos es necesario para que Puig salga presidente, en el Ejecutivo que compartirán PSPV y Compromís. Montiel añadió: «Supeditamos nuestro voto [a Puig] a comprobar que las herramientas, desde el punto de vista de la estructura, los perfiles y el calendario [del nuevo Consell], se adecuan al 'Acord del Botànic'» que rubricaron PSPV, Compromís y Podemos. En ese sentido, Montiel reclamó una reunión con Puig y Oltra, antes de la investidura, para que le detallen «sus propuestas para hacer viable lo acordado».

Montiel pide garantías de que tanto en la estructura como en el perfil de las personas que se situarán al frente del Consell hay garantías de que se respetará el pacto programático. «Nuestra lealtad es con los acuerdos y no con las personas».