El nuevo Consell no sólo heredará facturas por pagar y asuntos por solucionar. Una montaña de dispositivos móviles usados, principalmente teléfonos y tabletas, se quedarán en la Generalitat en espera de nuevos propietarios. El Consell saliente no quiere complicarse la existencia y obligará a todos los altos cargos y personal de confianza que cese en los próximos días a que antes de marcharse devuelva los terminales.
Fuentes de la Generalitat informaron que finalmente no ha sido posible llegar a un acuerdo respecto a qué hacer con estos aparatos que durante estos años se pudieron a disposición del segundo escalón y que, finalmente, se optará por exigir su devolución. Tal como informó este diario, numerosos altos cargos y asesores ante su cese inmediato se habían puesto en contacto con el departamento de Modernización para solicitar quedarse con el terminal pagando previamente una cantidad de dinero. Algunos de ellos en privado han mostrado su preocupación por los datos que puedan quedar registrados en el aparato, ya que creen que el borrado puede no ser seguro.
Por otro lado, cabe apuntar que muchos de estos dispositivos están obsoletos (en su mayoría son blackBerry) y su valor de mercado se ha devaluado hasta el punto que fuentes de la Conselleria de Hacienda mantienen que muchos de ellos ni si quiera podrán reutilizarse. Ahora bien, la ley de Patrimonio de la Generalitat los considera bienes públicos y, al igual que se ha hecho con los coches oficiales sólo podrían pasar a manos privadas mediante la subasta pública. Desde la Conselleria de Hacienda, departamento del que depende la Dirección General de Nuevas Tecnologías, se han estudiado estos días fórmulas para que los excargos pudieran comprar sus dispositivos, al igual que ha hecho las Corts con los diputados salientes, que sí han podido quedarse los dispositivos pagando por ellos cien euros. Al no haber acuerdo en la Generalitat, los móviles deberán devolverse y las subsecretarias de cada conselleria garantizar que no se extravían o acaban en casas particulares, como ha ocurrido ya en el pasado en algunos casos.
Desde la Conselleria de Hacienda no pudo precisarse la cantidad de aparatos que se quedarán en los despachos ya que no todos los altos cargos usaban tabletas. En todo caso, teniendo en cuenta el número de asesores y cargos en toda la administración, empresas y fundaciones públicas, como mínimo el nuevo Consell heredará medio millar de aparatos. Dependerá de los nuevos gestores, que se han comprometido a ser austeros, si los reutilizan o los dejan en los cajones.
