La nueva vicepresidenta del Consell, Mònica Oltra, es una mujer caracterizada por la rebeldía, el compromiso social y sobre todo la tenacidad, de la que ha hecho gala durante los últimos días en unas negociaciones que finalmente le han situado como la número dos del ejecutivo.

Aunque el sillón presidencial lo ocupará el socialista Ximo Puig, pocos dudan de que la dirigente de Compromís tendrá una influencia y un papel preponderante en el nuevo Ejecutivo valenciano encargado de poner fin a dos décadas de gobierno del PP.

La hija de Angelita y Juan nació hace 45 años en Neuss y volvió a tierras valencianas con quince años, una edad en la que ya inició su militancia política, primero en el Partido Comunista, más adelante en Esquerra Unida y finalmente en Compromís, la coalición triunfadora de estas elecciones en la Comunitat.

La diputada valenciana más mediática ha visto crecer de forma exponencial su protagonismo tras estas elecciones, donde junto a Manuela Carmena y Ada Colau ha sido la imagen de un nuevo tiempo político.

De verbo fluido, desde su llegada a Les Corts Valencianes en 2007 ha demostrado que hay otros lenguajes capaces de comunicar igual o mejor que la oratoria, como sus camisetas en las que denunció las ausencias en la Cámara de Francisco Camps -"Se busca. Solo vivo"- o que "No nos falta dinero, nos sobran los chorizos".

Entró en el Parlamento valenciano en 2007 de la mano de Esquerra Unida en la coalición Compromís, a cuya portavoz sustituyó tras ser defenestrada a poco de iniciar la legislatura, y tras ser expulsada de EU pasó a formar parte de Iniciativa del Poble Valenciá (IdPV), formación creada a partir de la corriente nacionalista de EU.

Para entonces, ya era conocida la tenacidad de esta abogada que en 2003 logró arrancar un escaño al PSPV-PSOE en favor de EU, tras reclamar el recuento de votos de varias mesas electorales al constatar que los datos de sus interventores no correspondían con los oficiales.

Durante sus ocho años como diputada autonómica en un grupo, Compromís, cuyos miembros se podían contar con los dedos de las manos (y sobraban dedos), ha ejercido como el azote implacable del PP, denunciado la corrupción y apoyando causas como el abandono de las víctimas del accidente de metro de Valencia de 2006.

Capaz de sacar de sus casillas a más de un dirigente popular, ha pasado a los anales parlamentarios como la diputada que más veces ha sido expulsada del pleno de Les Corts, y la primera parlamentaria suspendida temporalmente de su condición de diputada, por negarse a abandonar el pleno tras expulsarla por el presidente Juan Cotino.

Si en las elecciones autonómicas de 2011 fue la número dos de la lista de Compromís por Valencia, en estas fue designada candidata a la Presidencia de la Generalitat en primarias abiertas, que se celebraron con retraso por la falta de acuerdo entre los partidos de la coalición sobre el reglamento interno.

En el ámbito personal, define a su familia como multicolor y multilingüe (su marido es argentino, los hijos mayores de este son alemanes y los hijos de ambos, de 7 y 12 años, nacieron en Etiopía) y quizá por ello ha demostrado en campaña que es capaz de decir en perfecto alemán, valenciano y castellano frases como "estamos hasta las narices".

Oltra tiene también una presencia activa en la redes sociales, cuya cuenta de twitter dispone de más de cien mil seguidores, y en 2013 el escritor Ferran Torrent la convirtió en la protagonista de un libro, "Caminaràs entre elefants", en el que entre otras cosas confiesa que no es nacionalista.

Esta "ciudadana valenciana del mundo", como se autodefine, concurrió a las elecciones con el objetivo de ser presidenta, pero con la intención de "barrer el Palau" de la Generalitat "con mucho gusto y garbo" si así lo determinaban los valencianos, que han elevado la confianza en Compromís desde los 6 a los 19 diputados.

Finalmente será la número dos y la portavoz de un Consell "de mestizaje", en el que además asumirá las competencias sobre Igualdad y Política Inclusiva.