«Hoy las lágrimas pesan muchísimo menos, porque ya no van acompañadas de frustración e indignación», aseguró Beatriz Garrote, presidenta de la Asociación de víctimas del metro 3 de julio (Avm3j) ante una Plaza de la Virgen abarrotada que acudió a despedirse de las familias de los 43 fallecidos y 47 heridos. Después de 9 años, 105 concentraciones y 525 minutos de silencio de homenaje a las víctimas, las víctimas del metro celebraron su última concentración «con la satisfacción de haber escrito el mejor final posible con los papeles que nos dieron». La emoción flotaba en el ambiente. Y también la sensación de que las víctimas del metro han hecho historia y han conseguido reescribir el guión que estaba previsto para ellos desde la Generalitat. Por eso las lágrimas de Beatriz, Miguel, Leonor, Maria José, Santiago, Amparo, Sefa, Rosa, Carmen, Ascensión, Paco, Conchín, Fernanda y tantas otras víctimas del metro eran una mezcla de amargura por sus hijos, hermanas, padres y madres ausentes, endulzada de alegría por haber logrado reabrir la investigación parlamentaria y judicial.

Y esa ha sido una victoria coral lograda por «los únicos héroes de esta historia: las víctimas del metro, que han mantenido viva la llama de la lucha», aseguró el periodista Jordi Évole, que no quiso perderse la última concentración de la Avm3j en la Plaza de la Virgen de Valencia. Y como la victoria ha sido colectiva, la despedida también fue grupal. «Esperamos que esta sea la última concentración, porque hoy las Corts han aprobado una verdadera comisión de investigación para averiguar las verdaderas causas del accidente», confió Ana Esplugues, superviviente del accidente. «Me voy con la conciencia tranquila. ¿Pueden decir lo mismo Alberto Fabra e Isabel Bonig con su silencio y permisividad? Han sido cómplices de las 43 muertes», defendió Rosa Garrote, que perdió a su hermana gemela. Miguel Esplugues aludió a la fortaleza de la asociación: «Hemos sido un grupo indomable de ciudadanos que han luchado hasta el final y han demostrado que la ciudadanía sí que puede». Fernanda Basconcelos emocionó a la plaza al recordar que «la vida nos cambió aquel 3 de julio. El amor de mi vida se fue para no volver, sólo porque las cosas estaban mal hechas y algunos no supieron hacer su trabajo». Igual que Leonor Gómez que agradeció el apoyo de la plaza porque «sin vuestro apoyo no hubiese sido posible. Me quedo, tras nueve años de lucha, con la idea de que no te puedes rendir». Para Francisco Manzanaro «toda la batalla ha valido la pena porque lo hemos conseguido a pesar de los anteriores gobernantes ineptos, manipuladores y corruptos. A ver si despierta ese 30% que aún les vota», reivindicó en medio de un estruendo de aplausos. Y su cuñada, Amparo Medina, reivindicó que «nos hicieron llorar a mares, pero no acabaron con nuestra dignidad. Por eso no debemos dejar de evolucionar, de exigir nuestros derechos y avanzar en la solidaridad» al tiempo que confiaba en que «la Audiencia de Valencia reconozca que la jueza se equivoca al querer archivar la causa, porque sin investigación no hay verdad y sin verdad no hay justicia».

Porque la Avm3j va a seguir trabajando para que «haya un juicio y se diriman responsabilidades penales», seguir de cerca la investigación de las Corts y del Parlamento Europeo para que se cumplan todos los compromisos adquiridos por ellos. «Nos decís „concluyó Beatriz Garrote„ que nuestro legado ha sido un ejemplo de dignidad y de que sí se puede. Cuando sucede una tragedia así, tu única opción es salir a la calle y demostrar que eres una persona digna, porque la dignidad no nos la pueden quitar». Garrote también animó al resto de ciudadanos a «exigir cambios y seguir luchando por el Cabanyal contra los desahucios o los CIE. Si nos quedamos en el sofá volveremos a fracasar». La plaza despidió a la Avm3j, cogidos de la mano y brazos en alto, con un aplauso y un hasta siempre.