El uso de las chanclas de forma habitual durante el verano puede ser «peligroso para la salud» por el «riesgo alto de lesiones» que conlleva, según advierten los podólogos. Esguinces, dolores en el talón y el arco del pie, inflamación, dolor, cansancio, fracturas por estrés o la aparición de juanetes son algunos de los problemas más comunes de los que alerta el Colegio de Podólogos de la Comunidad Valenciana (Icopcv) cuando se abusa de este zapato.

Portavoces del colegio profesional aseguran que es peligroso utilizarlas como calzado habitual porque incrementan el riesgo de accidentes como tropiezos o enganches al subir o bajar escaleras. Alertan también de que este tipo de calzado debe ser evitado por personas con problemas de circulación y diabéticos porque, al tener limitada la sensibilidad en los pies, podrían sufrir alguna laceración o rozadura y provocar la aparición de dolencias graves como úlceras.

La chancla adecuada

A la hora de escoger un modelo de este tipo de calzado, el Colegio de Podólogos recomienda chanclas que sujeten de forma adecuada el empeine y el tobillo, y en las que la suela esté confeccionada con un material semirrígido, grueso y de alta densidad que amortigüe los golpes de los pasos al caminar. También es muy importante que no se doblen.

Los podólogos recomiendan además que no se compren chanclas «excesivamente baratas» en tiendas que no estén especializadas en la venta de calzado, porque podrían estar fabricadas con materiales poco saludables «o incluso tóxicos», y provocar alergias y otros problemas en la piel.

También aconsejan que las chanclas tengan la forma ergonómica del pie para adaptarse así a la pisada de una forma adecuada y minimizar los daños.