En su estelar comparecencia del 26 de mayo en la Ciutat de la Justicia, donde reapareció como un gurú del arrepentimiento y declaró haber sido un «yonqui del dinero», Marcos Benavent llegó con su abogado y una maleta negra con ruedas. Un maletín que ya no aparece en las imágenes captadas a la salida del ex gerente de Imelsa de la Ciudad de la Justicia. Benavent depositó aquel día en el juzgado de Instrucción número 6 de Valencia este maletín con 40 discos duros, con una capacidad de dos terabytes (2.048 megas cada uno), con millones de archivos guardados por Benavent durante su etapa en Imelsa. La comparecencia en este juzgado se produjo por la denuncia contra él que interpuso Imelsa por «irregularidades contables y sustracción de material informático». Benavent se negó a declarar ese día aunque sí aportó los 40 discos duros y sus 81.920 megas de capacidad, que aún está siendo analizada por los investigadores, dado el volumen de información aportada, según confirman varias fuentes de la investigación. La estrategia de Benavent ha sido clara hasta ahora: se ha negado a declarar ante el juzgado de Instrucción número 6, donde está personada Imelsa, para que la información no llegue a sus antiguos compañeros de partido, pero sí colabora con la Fiscalía Anticorrupción y el juzgado responsable de estas últimas diligencias que, al ser declaradas secretas, no son accesibles a ninguna de las partes. Sólo la Fiscalía tiene acceso a toda la documentación que se maneja en ambas investigaciones paralelas y con todos los canales abiertos para que fluya adecuadamente la información que, por ahora, no llega completa a las partes, debido al secreto del sumario, que aún tardará en levantarse, según fuentes de la investigación.
