El panel de votación que tienen los diputados en sus escaños no es el cuadro de mandos de un avión. Ni siquiera es el «Nunchuk» de la Wii. Pero los nervios y la bisoñez de los nuevos parlamentarios —tanto de los partidos clásicos como de los emergentes—, unidos a «problemas» técnicos del sistema electrónico de votación, provocaron ayer una situación hilarante en el hemiciclo, donde llegó a dar la impresión de que elegir a los representantes valencianos para diferentes instituciones sería misión imposible. El primer percance se produjo en la designación de los seis senadores territoriales mediante voto secreto en urna. Una elección sencilla, ya que cada partido vota a su candidato. Sin embargo, el recuento inicial que dio el presidente, Enric Morera, era un bomba: los populares Alberto Fabra y Rita Barberá, sumaban 33 votos, lo que suponía que dos diputados de otros grupos se habían sunido a los 31 del PP, mientras Carles Mulet, de Compromís, había recabado 17, dos menos. Como faltaba el conseller Rafael Climent, uno de los diputados de la coalición no había emitido su voto.

Con el resto no hubo sorpresas: el socialista Joan Lerma, 23 votos, y Luis Crisol (Ciudadanos) y Pilar Lima (Podemos), 13 cada uno. La votación sumió en el desconcierto a Compromís, donde unos y otros se miraban las caras para buscar culpables. Pero resultó ser un bluff. La Mesa, simplemente, se equivocó al contar. El escrutinio se corrigió dos veces. Primero, Morera comunicó los votos a Fabra y Barberá, que quedaron en 31, y después, en el pleno posterior que se celebró para designar a la delegación que defenderá la reforma del Estatut en el Congreso, manifestó, para que «conste en acta», que Mulet había recabado 18.

«Al equipo le falta marcha»

El lío no acabó ahí. Para la elección de la delegación estatutaria hicieron falta tres intentos hasta conseguir que se diera por válida la votación ante los «problemas», dijo el titular de las Corts, en el sistema electrónico. En la primera, el panel del hemiciclo se iluminó con 24 luces naranja parpadeantes que indicaban los votos nulos y solo 9 síes. Se procedió entonces a repetir la votación. Resultado: 91 sufragios a favor... entre los que no había ningún miembro de los 5 integrantes de la Mesa, que aparentemente no votaron. «Vamos a ver si a la tercera va la vencida», señaló Morera, para apostillar: «A ver si ahora va; parece que al equipo técnico le falta un poco de marcha».

El panel mostró entonces 95 votos favorables... y un nulo, el del secretario primero de la Mesa, Emilio Argüeso (C's), al que se dirigieron todas las miradas. Éste lo encajó con un gesto de deportividad.