El secreto de sumario de la macrocausa de siete piezas en la que se investiga la presunta trama de cobro de comisiones por la adjudicación de contratos en administraciones del PP y orquestada supuestamente en torno a Alfonso Rus todavía tardará en levantarse. La persona clave en ese truculento asunto es el exgerente de la empresa pública provincial Imelsa Marcos Benavent, el hombre que se declaró «yonqui del dinero», cuando concurrió en el juzgado, de vuelta de su escapada a Ecuador, para declararse responsable del saqueo.
El artífice de las más de diez horas de grabación de conversaciones con dirigentes y cargos públicos del PP, en las que se destapa el cobro de mordidas, está manteniendo una actitud muy colaboradora con la Fiscalía y el juez, según fuentes de la investigación, que, además, explicaron que la labor de comprobación del destino del dinero de planes provinciales y contratos bajo sospecha es ardua, laboriosa y lenta. En la mayoría de los casos son contratos de administraciones controladas por los populares en la etapa anterior a 2007, año en el que Benavent llegó a Imelsa, después de que Alfonso Rus tomó las riendas de la diputación.
Mientras la investigación judicial sigue su curso, la propia diputación ha estado realizando la auditoría externa y la revisión interna de cuentas que tras el estallido del caso anunció Rus cuando intentaba acotar el alcance de escándalo para que no le salpicara, misión que le resultó imposible. Tuvo que exiliarse al retiro de Xàtiva y fue despojado de la presidencia provincial del PP cuando trascendió el 1 de mayo una grabación en la que supuestamente contaba dinero de comisiones. En el ejercicio de 2014 no se detectó, en principio, agujero contable en Imelsa. En 2013, la auditoría interna realizada por los responsables financieros de la institución provincial sí ha detectado un quebranto de al menos 300.000 euros. Una cifra que, según fuentes de la diputación, se correspondería casi en su totalidad con facturas presuntamente falsas cargadas a Imelsa por supuestos contratistas sin prestar servicio alguno.
Una de las empresas generadoras de facturas por servicios no prestados es Flying Tigers, firma protagonista, con Benavent, de un fraude detectado por la Agencia Tributaria cuando comprobó que esa firma no había liquidado el IVA de unas obras de 60.445 euros adjudicada por el exgerente correspondientes al taller de empleo y formación del Monasterio del Corpus Christi en Llutxent. El pago se había hecho en noviembre de 2012 y se correspondía supuestamente con una instalación eléctrica. Imelsa declaró los pagos a la citada firma, que no abonó el IVA, pero en la diputación no se encontró ningún documento contable a nombre de esa mercantil. Sí tres facturas de Instalaciones Eléctricas Proactivas S. L., cuyo número de CIF coincidía con el de Flying Tigers, con la que, además, compartía administrador único. La Fiscalía investiga si Benavent orquestaba la operación de saquear Imelsa con facturas por servicios no prestados pasadas al cobro por empresas controladas por él y a las que pagaría comisión por prestarse a canalizar los cobros.
Fuentes de la diputación indicaron que entre las firmas que habrían cobrado facturas falsas, no figura Berceo Mantenimientos, la firma pantalla controlada al 99% por el exgerente para recaudar mordidas a través de facturas falsas, presentadas a contratistas de Imelsa y la diputación. Varias empresas estaban controladas por dos testaferros de Benavent: Jaime José Úbeda y José Estarlich. Ommega Mmoe, Genius Sport, Excavaciones y movimientos Jemar o Spartaki Sinergias son algunas. La trama también utilizó Thematica Events, Carlady, Forval CB o Carsan Rent a Car.
