Iberdrola ha revisado un total de 11.900 kilómetros de líneas eléctricas de su propiedad de la Comunidad Valenciana para reforzar la seguridad del suministro durante este verano.

El polvo y la suciedad acumulada en aisladores, unido al espectacular aumento de la demanda en los días de mayor calor y a las inclemencias meteorológicas favorecen la aparición de apagones que la compañía pretende evitar a toda costa.

Según fuentes de Iberdrola, la campaña se ha desarrollado sobre todo en las instalaciones con más riesgo de sufrir incidencias por las puntas de demanda o las inclemencias meteorológicas habituales durante esta época del año debido a las elevadas temperaturas veraniegas.

La empresa ha realizado también una revisión ordinaria de aproximadamente 4.403 kilómetros de tendidos eléctricos orientada a detectar las anomalías más habituales en una instalación de estas características: rotura de aisladores, los daños ocasionados por rayos o caída del arbolado, obras en construcción o edificaciones próximas, entre otras causas.

Asimismo, la empresa ha realizado un reconocimiento exhaustivo de los apoyos eléctricos, así como las mediciones necesarias para la detección de posibles anomalías en 2.024 kilómetros de sus tendidos.

Por otra parte, la compañía también ha comprobado por infrarrojos „análisis termográfico„ 3.228 kilómetros de líneas.

Según explicaron, esta acción consiste en el reconocimiento de las infraestructuras eléctricas mediante cámaras especiales a pie de campo o mediante helicópteros. Se mide así la temperatura de las instalaciones, lo que permite detectar aquellos puntos que mantienen temperaturas inadecuadas „puntos calientes„ para corregirlos y asegurar el suministro ante una posible punta de demanda como las producidas en los últimos días.

Por último, Iberdrola completa la revisión de líneas con trabajos de limpieza de los pasillos por donde discurren, podando aquellos árboles que presentaban un mayor riesgo de contactar con los tendidos y generar posibles incendios forestales.