El Consell de Ximo Puig tiene desde ayer un nuevo motivo para sentirse agraviado y una nueva razón para exigir una ruptura con el actual status quo del reparto del dinero entre las comunidades autónomas, ya sea vía modelo de financiación, ya sea por el reparto de las inversiones estatales. Ahora bien, socialistas y Compromís, socios de Gobierno en la Generalitat, tampoco podrán aducir que el Gobierno de Rajoy se ha cebado en la Comunitat Valenciana en los presupuestos de 2016, los últimos de la legislatura cuya presentación se ha adelantado a agosto en previsión del adelanto electoral. La necesidad que tiene el PP de detener la sangría de votos en la Comunitat está presente en un documento económico que supondrá, al menos sobre el papel, una inyección de 879 millones de euros para obras, apenas 96 millones más que en 2015 cuando la inversión alcanzó los 783 millones de euros.

Ahora bien este incremento, el tercero mayor de toda España, se queda muy por debajo de las reclamaciones del nuevo Ejecutivo, que había solicitado unos 1.679 millones para inversiones con el objetivo de compensar el déficit acumulado esta legislatura por quedar el reparto por debajo de la media por habitante del conjunto de la autonomías. El agravio se sitúa en esta ocasión en 301 millones de euros. En 2015, según los cálculos de este diario, se perdieron 423 millones. La brecha se ha reducido, pero queda lejos de lo que le correspondería si se atendiera a criterios poblacionales. Los 879 millones de euros representan el 8% del total de la inversión regionalizable (aquella que puede repartirse por autonomías) cuando la Comunitat representa el 10,7% de la población y genera el 10% de PIB. No es de extrañar que ayer el presidente Puig elevara el tono de sus críticas a Madrid y la cifra de la deuda acumulada a cerca de 2.000 millones.

Pese al incremento de la inversión, Valencia no mejora su posición respecto a los presupuestos de 2015. Se queda en sexto lugar en el reparto, a pesar de ocupar la cuarta posición en cuanto a habitantes y riqueza. Y la situación empeora si se atiende a la inversión per cápita: el undécimo lugar entre las comunidades de régimen común, con 176 euros por habitante, 60,5 menos que la media. Desde el 2004, no ha salido de la cola. El dato más positivo, ya conocido, es el incremento del 11% (el segundo mayor de España) de los ingresos que recibirán los valencianos por la mejora en la liquidación del sistema de financiación, una inyección de cerca de mil millones de euros recogidos en los presupuestos que ya el ministro Montoro puso ayer en valor anticipándose a los reproches.

En total, el proyecto presupuestario del Gobierno consigna 13.231 millones para inversiones, de los que 11.052 son troceables entre las comunidades. En términos absolutos, Andalucía, Castilla y León y Cataluña son las más beneficiadas.Por su parte, el País Vasco es la comunidad autónoma en la que más suben las inversiones para el próximo año, con un 23,46 por ciento más que en 2015. Le siguen Baleares (15,27%) y la CV (12,24%). Respecto a 2015, la inversión baja en Murcia (-22,75%), Castilla y León (-16,78%), Cantabria (-10,49%), Asturias (-7,66%), Andalucía (-7,09%), La Rioja (-5,47%), Galicia (-1,62%) y Extremadura (-1,28%).

Como en años anteriores, la mayor parte de las inversiones programadas para Valencia corresponde a los departamentos de Fomento y Agricultura. La infraestructura estrella, el Corredor Mediterráneo, recibirá cerca de 445 millones de euros. Que la lluvia de millones que promete Adif toque tierra es ya cuestión aparte.

La Generalitat apuntó ayer, en su negativa valoración de los presupuestos, un dato clave: en los cinco primeros meses del año, sólo se ha ejecutado el 5,5% de las inversiones.