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Transporte alternativo

Guerra judicial contra BlaBlaCar

Admiten a trámite la querella presentada por la patronal de autobuses, mientras los usuarios defienden la plataforma de coches compartidos

Guerra judicial contra BlaBlaCar

El 31 de diciembre del año pasado cesó su actividad en España la empresa Uber, con sede social en la localidad norteamericana de San Francisco y especializada en poner en contacto a usuarios y chóferes privados a través de Internet. Las protestas del sector del taxi y las posteriores denuncias por competencia desleal fueron la causa de la decisión tomada a instancias judiciales.

Ahora, es la plataforma BlaBlaCar „que pone en contacto a particulares que realizan un mismo trayecto para compartir los gastos del viaje en coche„ la que se encuentra en el punto de mira de los jueces. Según publicó ayer un diario de tirada nacional, Andrés Magro „titular del juzgado mercantil nº 2 de Madrid, el mismo en el que se desarrolló el caso de Uber„ ha admitido a trámite la querella presentada por la patronal de autobuses Confebus contra BlaBlaCar por competencia desleal. Mismo escenario y mismas acusaciones. La historia parece repetirse.

Uber llegó a funcionar durante poco tiempo. Sin embargo, BlaBlaCar es una firma asentada en territorio valenciano. Solamente hace falta teclear unas pocos carácteres para deducir la importancia de la firma: una búsqueda simple en Google confirma la existencia de más de 1.500 viajes programados con destino a la ciudad del cap i casal en los próximos días. Y con precios realmente atractivos: 44 euros con salida desde Lyón y 4 por un viaje Valencia-Castelló. Estas tarifas son las que han puesto en pie de guerra a las firmas de transporte colectivo.

En la otra parte de la balanza se encuentran los usuarios, que destacan la necesidad de una aplicación que cubre los vacíos existentes en muchos trayectos. Tal es al caso de Alicia Civera, natural de Valencia y con un puesto de trabajo en Toledo. Tiene el rango de embajadora en la plataforma „el más alto que existe„y la utiliza de forma constante desde hace más de dos años. Ayer atendió a Levante-EMV y explicó que «yo la he utilizado tanto para llevar a gente como para que me lleven y lo hago por la compañía, ya que no me gusta viajar sola».

Civera expuso que «la verdad es que me ha venido genial. El trayecto entre Valencia y Toledo en tren cuesta más de 130 euros, cuando por viajar en coche compartido se pide poco menos que cuarenta. Las cuentas son claras y el tiempo que duran ambos viajes es el mismo. El autobús es una opción que ya ni me planteo».

La usuaria también argumentó que «he conocido a gente de Valencia que también trabaja en Toledo y hemos hecho un grupo de whatsapp. Siempre que alguien va a hacer el trayecto avisa».

Jordi Giménez, natural de Antella y residente en Petrer por motivos laborales, también utiliza la aplicación. Aunque, de forma más aislada. Ayer comentó que «todas las experiencias que he tenido han sido positivas, la verdad es que he conocido a bastante gente interesante. He llegado a viajar con estudiantes asiáticos». Funcionario de profesión, declaró que «creo que este caso no es como el de Uber, que sí era una empresa que hacía un negocio claro. Aquí se puede ganar algún dinero, pero no mucho, la verdad».

Los gestores de Bla Bla Car deben presentarse ante el juez el próximo 1 de octubre. Hasta entonces, pueden preparar su defensa. Y los usuarios usar la app.

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